Vamos a responder a esta pregunta, que es muy habitual escuchar en foros y congresos con emprendedores.
Emprender es una forma de enfrentarse al mundo, es una manera de entender la vida con la que no todo el mundo se siente cómodo. Es aquella en la que la persona disfruta con la incertidumbre y la inseguridad de qué pasará mañana. Al verdadero emprendedor lo incierto le procura un especial placer.
En cierta ocasión, un bombero me dijo: "Todo bombero no desea otra cosa en la vida más que ser bombero. Va más allá de la vocación. Ser bombero te proporciona una forma de vida que ninguna otra profesión te ofrece, la posibilidad de arriesgarte en un escenario real. Pues igual que la persona con vocación de bombero acaba siéndolo, el emprendedor con vocación, tarde o temprano, también. No podrá evitarlo.
El bombero disfruta con la incertidumbre y la experiencia del riesgo. Si usted es una persona que no disfruta con la incertidumbre, es que no es un emprendedor. Es verdad que uno puede acostumbrarse a la incertidumbre y que ésta es a menudo la causa de los problemas de los emprendedores, pero otra cosa es saber que a uno le vencen la incertidumbre y el riesgo.
Hay gente que prefiere la seguridad, la rutina o que sea otro quien acarree con su nómina. Es una opción válida. Pero esas personas, cuando montan un negocio, lo pasan muy mal. Porque no se da la cualidad esencial del emprendedor: el deseo de actuar en un entorno incierto.
He aquí una definición de empresario que no puede ser más acertada: "El empresario es la persona que se mueve en un mundo incierto para que los que trabajan para él crean que ese mundo es seguro".
El mundo es, por definición, incierto. Nadie puede asegurar nada, ni tan siquiera el presente. Pero no a todo el mundo le gusta comprobarlo todas las mañanas laborables (y no laborables) de su existencia.
Emprender es el acto de reducir la incertidumbre en uno de los actos más antiguos de la humanidad: el intercambio, el comercio.
Emprender es esa forma de vida y de encarar el mundo: aceptar la incertidumbre como el principal de los ingredientes. Aún más, de hecho, la verdadera y única causante de que la acción emprendedora tenga sentido es la propia incertidumbre.
Jorge Wagenberg escribió: "La felicidad requiere que el futuro sea incierto". Pues el emprendedor, aún lo requiere más.
Un rasgo que caracteriza a los auténticos emprendedores es que no contemplan la posibilidad del fracaso. No es que estén ciegos o sean ilusos. Seguramente no lo son y sus dosis de realismo son elevadas. Pero su ilusión puede más que todo ello. Es como cuando te casas. En principio es para toda la vida. Tiene un punto de locura, de inconsciencia. El fracaso no entra en los planes, ni tan siquiera se considera".
No piense en su idea, analice si le apetece que esa idea sea la que traiga la incertidumbre a su vida.
Fernando Trías de Bes
Consultor y escritor.
Autor de "El libro negro del emprendedor"
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