Hace más de cinco siglos, Cristóbal Colon zarpó del puerto de Palos en busca de una ruta alternativa a las Indias. Nunca llegó a su destino. Pero su viaje tuvo repercusiones impensadas: el mundo se volvió redondo.
El año pasado, un periodista de New York Times viajó a la India y sí llegó a su destino. Allí, se dedicó a observar el fenomenal crecimiento de aquel subcontinente donde trabajadores altamente calificados diseñan sistemas para corporaciones multinacionales ubicadas a miles de kilómetros de distancia. Este periodista aventurero arriesgó una conclusión diferente: el mundo es plano.
Según la investigación Learning and Innovation in a Flat World de la consultora Accenture, el mundo de los negocios se ha vuelto plano porque compañías de cualquier lugar del planeta pueden competir de igual a igual por participación en los mercados globales. Las ventajas competitivas tradicionales han dejado de ser seguras. Luz de alarma para las confiadas potencias occidentales, orgullosas de su puesto superior en el orden económico global. En un mundo plano tal vez se les borre la sonrisa.
Bajo el nuevo paradigma, las estructuras organizativas verticales perdieron terreno frente a las compañías horizontalmente integradas que, por su mayor flexibilidad, se adaptan más fácilmente a las fluctuaciones de la coyuntura. Es ya demasiado tarde para el debate. Las empresas se horizontalizaron, quiérase o no.
¿Cómo competir en un mundo plano?
Según la investigación de Accenture, en el aprendizaje reside la nueva sede de las ventajas competitivas. Sin embargo, no se trata sólo de un aprendizaje en el sentido de capacitación sino también en el desarrollo y profundización de las habilidades de cada nodo (individuos o grupos) de la red organizacional. El objetivo: potenciar las interconexiones entre individuos y unidades de negocios para difundir conocimiento a lo largo y ancho de la organización.
En una organización horizontal, donde el CEO puede encontrarse en Nueva York y los trabajadores en Bangladesh, una red que los una es esencial para transportar el flujo de aprendizaje. Concretamente, esto se logra fomentando el trabajo en equipo entre los empleados de distintas filiales alrededor del mundo, implementando cambios tecnológicos, mejorando el feedback y homogeneizando las prácticas de mayor rendimiento a lo largo y ancho de la compañía.
El objetivo final es transformar un contexto económico amenazante en una oportunidad. El aprendizaje corporativo es el camino. Un término que hasta ahora sólo significaba "capacitación", hoy se convierte en una variable estratégica fundamental para sobrevivir en un mundo plano.
El reino del azar, ¿cómo manejar una empresa en el caótico mundo digital?
Las reglas del management tradicional no siempre son válidas en Internet. En este ambiente de negocios ultra volátil de adolescentes millonarios, las empresas deben estar preparadas para enfrentar el caos...
Internet es, probablemente, el ambiente de negocios más curioso de todos los tiempos. Sólo en la web, un veinteañero puede convertirse en millonario de la noche a la mañana (vea los casos de Mark Zuckerberg y Ashley Qualls).
Y sólo en la web, una exitosa empresa puede desaparecer en cuestión de meses ante el surgimiento de un competidor disruptivo que revoluciona las reglas de juego del negocio.
Por lo tanto, las leyes del management tradicional no siempre se aplican en el ambiente competitivo más volátil de la historia. ¿Cómo gestionar una empresa en el reino del caos? Veamos algunos consejos de un artículo de FastCompany...
1) Fracase rápido y siga adelante
En una industria tradicional, los fracasos suelen pagarse caro. El lanzamiento fallido de un nuevo producto puede costarle el puesto al gerente de marketing.
En Internet, los fracasos son la regla. Mientras antes falle usted, antes corregirá sus errores y más cerca estará del éxito. En la web, sólo prosperan empresas con una arraigada "cultura del fracaso".
2) No pruebe los productos
En las industrias tradicionales, el desarrollo y testeo de un nuevo producto suelen insumir meses o años. Las empresas intentan asegurarse de que el artículo funcione a la perfección antes de lanzarlo al mercado.
En Internet, no hay tiempo (ni dinero) para largos desarrollos y pruebas. Unas pocas semanas de testeo deberían ser suficientes. Deje que los consumidores sean los "testers" y mejore el producto con su feed-back. Si usted se demora en el lanzamiento, seguramente la competencia le ganará de mano.
Google ha comprendido este punto a la perfección y mantiene a todos sus productos en fase de prueba continua (o "fase beta", como le dicen en el universo digital).
3) Arme un presupuesto que considere la aleatoriedad
En una empresa tradicional, el 95 por ciento del presupuesto queda comprometido al principio del ejercicio y se va ejecutando prolijamente a lo largo del año fiscal.
Pero, en los negocios digitales, usted no puede darse este lujo. Súbitamente, puede aparecer un competidor inesperado que destruya todo su plan de marketing (la situación puede ser particularmente frustrante si este competidor es un adolescente que se dedica a su empresa cuando sale de la escuela).
Por lo tanto, una empresa de Internet necesita la máxima flexibilidad presupuestaria para responder velozmente a los cambios del ambiente competitivo.
El objetivo: dejar el 40 por ciento del presupuesto anual sin comprometer, para utilizarlo como un colchón para una imprevista (aunque inevitable) reorientación estratégica.
Materiabiz
1 comentario:
Muy interesante. Dirigir una empresa no es una tarea sencilla. Se necesita de un gran desarrollo de las habilidades directivas que permitan infligir confianza en los dirigidos para que estos realicen las tareas encomendadas de la mejor manera.
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