La fauna empresarial se divide tradicionalmente entre el animal corporativo y el emprendedor. En el imaginario de los negocios, cada grupo tiene sus características peculiares.
El ejecutivo es aquel preocupado las reglas y procedimientos, aquel que cada mañana espera encontrar su oficina limpia y a una secretaria sonriente que le sirva café y le organice las actividades del día. El emprendedor, por el contrario, es el tipo caótico de irresistible empuje que no se preocupa por las reglas.
Así, con tantas diferencias entre ambos estereotipos, muchos suponen que necesariamente hay que elegir alguna de las opciones. Y así se llega a la típica disyuntiva que en algún momento de su vida enfrenta todo hombre de negocios: ¿proyecto propio o corporación?
En muchos casos, la decisión se toma por los rasgos de personalidad (o los rasgos personales que cada uno cree tener). "Yo valoro mucho la independencia", afirma el emprendedor. "Yo prefiero la seguridad de una carrera estructurada", sostiene el ejecutivo.
Sin embargo, advierte un artículo de FastCompany, en realidad se trata de una falsa disyuntiva. Corporación y entrepreneurship no son mutuamente excluyentes. Y, de hecho, trabajar en una gran empresa puede ser una excelente formación para intentar un proyecto personal.
Claire Burnett es la fundadora de la marca inglesa de chocolates Chococo. En apenas cuatro años de trayectoria, la empresa ganó ganado 15 premios internacionales por la calidad de sus productos. ¿Cuál fue el secreto del éxito de Claire? ¿Posee una innata visión para los negocios?
Nada de eso. Ella misma reconoce que adquirió su formación trabajando para monstruos como Shell, Disney y Procter & Gamble. Allí, se empapó de los conceptos de negocios que luego aplicó en su empresa: aprendió sobre diferenciación, cómo reconocer mercados competitivos y cómo distinguir entre modas pasajeras y auténticas tendencias de negocios.
Por lo tanto, señala el artículo de FastCompany, mejor no concebir una distinción tan tajante entre corporación y proyecto propio. La corporación puede ser una excelente plataforma para insertarse en el mundo del entrepreneurship.
Incluso, quizá las mejores carreras laborales sean las que combinen gran empresa con pequeños proyectos. Alternar corporación con entrepreneurship lo convierte a uno en un todo terreno, capaz de moverse tanto por las prolijas autopistas corporativas así como por el fangoso terreno del emprendedor.
De hecho, volver a una gran empresa tras una experiencia como empresario PyME brinda una fantástica experiencia de la que carecen quienes siempre han transitado una prolija carrera por la escalera corporativa.
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