¿Podemos mejorar nuestro capital social? A veces, tendemos a pensar que nuestra red de contactos depende de nuestra personalidad y de nuestra ubicación en el mundo, y que por lo tanto no hay mucho que hacer.
Sin embargo, se trata de una falsa creencia. La creación de redes de contactos tiende a ser más una habilidad que una característica de la personalidad. Como las habilidades se adquieren, cualquiera puede mejorar su capital social más allá de cuál sea su personalidad.
Por otro lado, es cierto que nuestro network tiende a estar condicionado a nuestras actividades. Sin embargo las redes no sólo se forman por condicionamiento sino también por elección. Muchos emprendedores entienden que para formar una empresa que cree valor deben generar contactos a pesar de su personalidad y de sus condicionamientos. ¿Qué podemos hacer?
1) Evaluar nuestro capital social
Cuando uno no sabe cuál es su capital social, tiende a desestimar su valor. Conocer qué tipo de capital social tenemos, analizando cómo está comprendida nuestra red de contactos y cuáles son sus características más salientes, requiere una dedicación en tiempo y energía, pero vale la pena.
Existen encuestas sociométricas que nos ayudan a este fin, diagnosticando el tamaño de nuestra red y la estructura social de su organización. En general, el resultado de este análisis muestra que la mayoría tenemos una red más pequeña y menos diversa de lo que pensamos.
2) Preguntarnos para qué queremos desarrollar nuestro capital social
Si no encontramos una razón que nos "llene el alma", difícilmente nos hallemos cómodos en este camino. He visto que en algunas escuelas de negocios el tema no se encara adecuadamente y esto genera rechazo de los alumnos, especialmente de los más jóvenes.
Muchos sienten que el fin del networking es la manipulación de las personas y de las relaciones, y que eso va contra sus ideales más íntimos. Hay que tener mucho cuidado…el capital social debiera plantearse de una forma muy diferente, a partir de una visión que busque hacer un mundo más conectado y más comprometido, que brinde más oportunidades para que las personas desarrollen y, a su vez, se desarrollen a sí mismas.
3) Potenciar y desarrollar nuestras redes
Una vez que hemos encontrado la razón que nos motiva a ampliar, potenciar y desarrollar nuestras redes, es hora de poner manos a la obra. En este punto, los emprendedores deben apuntar a construir una red de contactos balanceada.
Por un lado, deben seguir alimentando una estructura social densa que les permitan generar confianza y credibilidad para que el emprendimiento salga adelante. Por el otro, es crucial que desarrollen una red de contactos diversa que les permita acceder a información de distintos ámbitos y puedan así desarrollar ideas más creativas, y alcanzar recursos adicionales para mejorar las posibilidades de generar verdadero valor a través del proyecto.
Natalia Weisz
Especialista en Entrepreneurship y Profesora del Área Comportamiento Humano en la Organización del IAE. Weisz colabora con la competencia NAVES organizada por el Centro de Emprendedores del IAE
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