En la jornada ‘Nuevas perspectivas para el desarrollo de la empresa familiar’, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Cuatrecasas, la Asociación Balear de Directivos, el Instituto de la Empresa Familiar y la Asociación Balear de la Empresa Familiar, Calaf consideró necesario “anticipar los periodos de información educativa y convivencia, enfocar a los miembros de la familia en aquello para lo que tienen aptitudes y dar una formación general para que puedan desarrollar el papel de accionistas”.
A su juicio, la formación como directivos de los miembros de la familia que aspiren a ello “debe efectuarse en el mercado” y eliminar así “la estigmatización del de casa”. También abogó por la incorporación de directivos, consejeros y socios no familiares.
En su ponencia, se refirió al gran error que cometen las empresas familiares cuando se dan cargos a personas de la familia para los que no están preparadas y “encima, creamos nuevos campos de trabajo para ellos”. Esto, a su juicio, “no es que no se pueda hacer, pero hay que vigilarlo”.
En relación a la transición en sí de las empresas familiares, se refirió a la importancia de “anticipar y consensuar” las últimas voluntades. En este sentido, se refirió a la reforma de la ley catalana, que permitirá los testamentos contractuales y en virtud de la cual, el testamento no podrá cambiarse sin el consentimiento de todos los que hayan firmado el protocolo familiar. La implantación de este protocolo es fundamental, a su parecer, para poner en orden el diálogo y la comunicación y para hacer un plan de viabilidad de la empresa familiar.
Calaf hizo hincapié en la importancia de “desvincular el plan de sucesión de la empresa de la herencia familiar” y en la necesidad de liquidar al socio, mediante el establecimiento de dividendos, “aunque haya que endeudarse”, como forma de eliminar la fuente originaria de conflictos.
Rocío Noriega
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