viernes, 20 de diciembre de 2013

¿Querés ser un emprendedor exitoso? La fórmula matemática que adelanta tus posibilidades

 

 Una encuesta realizada entre 891 emprendedores de América Latina y España determinó una fórmula matemática que permite conocer las probabilidades de emprender que tiene una persona.
 
Conoce cuál es tu fórmula para emprender 
Quienes estén pensando en emprender alguna idea o negocio antes pueden conocer cuál es el potencial emprendedor que tienen en su interior.
Esto es lo que se propuso la encuesta "La fórmula emprendedora"  realizada entre 891 emprendedores, ejecutivos y empresarios de América Latina y España que creó una fórmula matemática propia de las ciencias duras  para inspirar un espacio propio de las ciencias sociales.
¿Cuál es el grado de emprendedorismo que se lleva en la sangre?
 
La ecuación para emprender
Probabilidad de emprender = (100 - edad de la persona) x 40% + (máximo título académico obtenido/ satisfacción actual) elevado al coeficiente de "amigos emprendedores" x 35% +  familia x 25%
La ecuación se sostiene a partir de una serie de factores a los que se le han asignado diferentes coeficientes (puntos) permitiendo arrojar un resultado final que se lo mide en porcentaje.
"La ecuación obtenida no pretende ser determinante a la hora de tomar decisiones, ni tampoco representa el éxito que una persona pueda tener a la hora de desarrollar un emprendimiento, explica Diego Pasjalidis, ideólogo de la encuesta  y fundador de inspirativa.com
Es importante comprender la dimensión de los factores y los coeficientes asignados de la ecuación para lograr  precisión en el resultado. Vayamos uno a uno:
 
Factor 1: "Probabilidad de emprender", se refiere al grado o posibilidad (en porcentaje)  que posee un empleado para realizar un emprendimiento personal, de acuerdo a la opinión de los encuestados. El resultado arroja una cifra expresada como porcentaje.
 
Factor 2:  "Edad" representa la edad (en años) de la persona, entre los 18 y 90 años.
 
Factor 3 + coeficiente: "Máximo título académico obtenido" corresponde al mayor título formal educativo alcanzado por el individuo y los coeficientes asignados son:
Doctorado (17 coeficiente/ puntos)
Maestría/ posgrado (33  coeficiente/puntos);
Universitario (100 coeficiente/puntos)
Secundario/primario (50 coeficiente/ puntos).
 
Factor 4 + coeficiente: "Satisfacción actual" corresponde al grado de satisfacción en el puesto que ocupa actualmente el individuo, teniendo en cuenta lo adecuado de la remuneración  para el nivel de vida requerido; la relación con sus jefes, colegas y colaboradores; el clima general de trabajo; el grado de certidumbre en la empresa; la posibilidad de desarrollo entre  otras variables. Los coeficientes/puntos oscilan entre:
Muy satisfecho (1.5 coeficiente/puntos)
Satisfecho  (1.2 coeficiente/ punto)
Poco satisfecho o insatisfecho (1 coeficiente/ punto)
 
Factor 5 + coeficiente: "Amigos emprendedores" representa un factor que considera cuantos amigos emprendedores una persona posee y a cuántos  de ellos les va bien en su labor emprendedora. Los coeficientes propuestos son:
No tengo amigos emprendedores (0,85 coeficiente/puntos)
A muchos de mis amigos emprendedores les va bien (0,95 coeficiente/puntos)
A todos mis amigos emprendedores les va bien (1 coeficiente/punto).
 
Factor 6 + coeficiente: "Familia": este factor se asocia a si la persona en cuestión posee familiares a cargo (hijos, padres, hermanos, etc.) ya que se ha notado, por aspectos fundamentalmente asociados a dichas responsabilidades, una diferencia en los perfiles emprendedores de las personas que tienen una responsabilidad de cuidado de terceros. Los coeficientes son:
Personas con familiar a cargo (75,4 coeficiente/puntos)
Personas sin familiar a cargo (100 coeficiente/puntos)
 
La vida de Andrea
¿Cómo aplicar la fórmula? Andrea F. es arquitecta, tiene 38 años y un hijo a cargo. Tiene 5 amigos emprendedores y a 3 de ellos les va bien (según su percepción del éxito). Andrea quiere cambiar de trabajo pero sin embargo reconoce y pondera que "se siente satisfecha" respecto de su trabajo actual. Entonces el caso de Andrea F. arroja la siguiente ecuación: 
Probabilidad de emprender de Andrea  = (100 - 38) x 40% + 100/1,2 elevado a la 0.95 x 35% + 75,4 x 25%  
Probabilidad de emprender de Andrea = 24, 8 + 23,38 + 18,85   
Probabilidad de emprender de Andrea = 67,03 %
Detalles para comprender los coeficientes en el caso de Andrea: el título "arquitecta" es de nivel universitario (100 coeficiente/puntos ) ; "a muchos de mis amigos emprendedores les va bien"
(0.95 coeficiente/puntos). Se encuentra "satisfecha" con su trabajo actual (1.2   coeficiente/puntos). Tiene 1 hijo a cargo, por eso (75,4 coeficiente/puntos).
 
Escenarios probables
De acuerdo al número que surja de la ecuación de  "probabilidad de emprender" de cada invididuo, sólo queda interpretar los escenarios posibles de acuerdo a esta lista:
 
Escenario 1: Los que arrojen en sus resultados entre 100% ,  90% y  80%  son personas con altas posibilidades de desarrollar su emprendimiento en muy corto plazo. Son empleados que permanentemente están buscando posibilidades para crecer por su cuenta, y que prefieren evitar la relación de dependencia como medio de vida.
 
Escenario 2: Los que arrojen entre 79%, 60% y 50%  son personas que buscan emprendimientos en paralelo a su trabajo actual, y que migrarán al trabajo por cuenta propia una vez que el emprendimiento haya adquirido cierta madurez.
 
Escenario 3:  Lo que arrojen entre 49% y 30% son personas con baja probabilidad de emprender (no por mérito, sino por necesidad o conveniencia)
 
Escenario 4: Lo que arrojen entre 29%, 10% y 0% son personas con escasa o nula probabilidad de emprender (no por mérito, sino por necesidad o conveniencia).
 
Datos de la encuesta
Los países participantes en la encuesta "La fórmula emprendedora" son Argentina (237 casos); México (139 casos), Perú (114 casos), Chile (83 casos), Paraguay (62 casos), Uruguay (43 casos); España (39 casos),  Ecuador (33 casos), Colombia (31 casos), Bolivia (29 casos); República Dominicana (29 casos), Venezuela (27 casos), Costa Rica (25 casos).
Entre los encuestados el 69% fueron hombres y el 31% restante mujeres. El rango etario más numeroso lo obtuvo la franja  31-40 años con 356 personas y el más bajo, "los más de 60" con 30 personas.
 
El estudio, habiéndose desarrollado en los diferentes países, no arroja elementos diferenciales entre distintas culturas, entornos,  o situaciones político-económicas. La encuesta considera el impulso emprendedor existente en el interior de la persona, más allá del contexto . Por eso se puede afirmar que la presente ecuación es de carácter "universal" entre la población hispana.
Agrega Pasjalidis,  "ninguna fórmula debe incidir en el  deseo de emprender. Recomiendo considerar estas conclusiones como representativas, generales, y aunque estadísticamente puedan representar opiniones medias de la población encuestada. A la hora de emprender también hay que  escuchar al corazón".

Daniela Blanco
Diario Infobae.com (Argentina)

jueves, 28 de noviembre de 2013

El ADN de los emprendedores

 
Cuales son los rasgos que caracterizan a las personas que destacan en el mundo empresario
Alrededor de la figura del emprendedor siempre revolotea la pregunta de si nace o se hace. Debate aparte, lo cierto es que hay algunas características y predisposiciones innatas que allanan el camino a las personas que quieren poner en marcha una empresa.

En su obra El libro negro del emprendedor, Fernando Trías de Bes asegura que “es una forma de enfrentarse al mundo y de entender la vida. El emprendedor es la persona que disfruta con la incertidumbre y la inseguridad de qué pasará mañana”.

Pero, ¿cuáles son los rasgos y comportamientos que distinguen a estos profesionales?
Profiles International, en colaboración con AJE Madrid, Aseme-Omega y Emprendedores Jung, analizaron los componentes de la cadena de ADN del emprendedor español. Pautas que pueden ayudarte a averiguar si cuentas con una cierta predisposición para enfrentarte al mundo del emprendimiento.
 
Intereses para emprender
En muchos casos, la fuerza del espíritu emprendedor es tal que estos profesionales, más tarde o temprano, acabarán embarcándose en la aventura de crear un negocio.
Sin embargo, la motivación interna puede desglosarse en tres orientaciones: personas creativas, a las que les entusiasma la oportunidad de utilizar su talento para generar productos e ideas innovadoras; las mentes puramente emprendedoras, que se sienten atraídas por un mundo dinámico, competitivo y de gestión de sus proyectos, y los profesionales en los que pesa más la orientación financiera y administrativa.

Estos últimos centran su atención en las cifras, los datos, los balances... Recaban toda la información financiera que precisan para crear sus negocios, así como para el desarrollo y establecimiento de los procesos más adecuados a cada momento de la empresa.
 
Desempeño
Uno de los elementos claves de la cadena de ADN de los emprendedores es su modo de actuar, es decir, su desempeño.
Entre las capacidades que el estudio de Profiles International ha destacado en los empresarios españoles resalta el razonamiento verbal. Según este informe, nuestros emprendedores se comunican de manera eficaz y se sienten a gusto explicando los aspectos más complejos de su proyecto y la forma en la que lo llevan a cabo. También son profesionales muy receptivos, que asimilan de forma rápida la información del entorno.
Saben que se mueven en un ecosistema muy competitivo y que la agilidad para procesar información es una pieza clave para permanecer en el mercado.
Hay que tener en cuenta que muchos de esos datos son numéricos y, según el informe, los emprendedores españoles son razonablemente eficientes en el uso de contenido financiero y lo manejan con soltura en su toma de decisiones.
 
Rasgos de comportamiento
La mayoría de quienes han creado su propia empresa coinciden en que, durante los primeros años, se convierten en personas-orquesta, que deben atender varias tareas a la vez. Sin embargo, esta vorágine no les achanta y, ante ella, muestran un nivel de energía muy elevado, con una actitud positiva y proactiva.
La presión a la que se ven sometidos no impide que actúen de manera oportuna y tomen decisiones rápidas, incluso cuando no tienen toda la información. En esos casos, echan mano de la intuición.
Otra de sus características es que se sienten a gusto asumiendo roles de liderazgo, posición que comparten si es necesario. Les gusta trabajar en equipo y favorecen la creación de un ambiente donde se comparten ideas e iniciativas. No obstante, funcionan mejor sin supervisión directa, porque eso les permite tener el control de sus propias actividades.
Por tanto, desempeñan mejor sus funciones cuando tienen plena libertad para decidir de manera independiente.
 
Elegir el momento
Es evidente que tener una idea clara de lo que se quiere ayuda, y mucho, a la hora de iniciar una actividad empresarial. Pero también es esencial saber cuál es el momento adecuado para llevarla a cabo.
Una de las moléculas del ADN emprendedor es precisamente la que le dice que ha llegado la hora de ponerla en práctica. No suelen dejarse llevar por las circunstancias, ni se lanzan al mercado cuando no lo sienten de verdad.
Saben que si se precipitan, la presión será demasiado fuerte y eso puede repercutir en que tomen decisiones erróneas que les conduzcan a graves fallos.
 
Realista
Uno de los peligros que los profesionales con verdadero espíritu emprendedor saben controlar es el exceso de optimismo y de confianza.
Son realistas, tienen los pies en la tierra y saben que nunca se pueden controlar todas las reglas del juego empresarial: los imprevistos llegan. Por eso, una de sus mejores bazas es la capacidad de adaptación. Están dispuestos a desaprender y asimilar formas diferentes de hacer las cosas con el único objetivo de que la empresa siga atendiendo las necesidades del público.
También son cautos y no se dejan llevar por los primeros buenos resultados que pueden conducir a la improvisación y a morir de éxito.
 
Fracaso = volver a empezar
En España aún se penaliza mucho el fracaso, pero las nuevas generaciones de empresarios ya no le tienen tanto miedo. Lo ven como algo inseparable de la vida empresarial, en la que es muy difícil que todo salga bien a la primera, y afrontan el error como una parte más del proceso. Además, son conscientes de que si quieren que su negocio tenga un valor añadido, deben alejarse de las inercias del mercado y atreverse a hacer cosas nuevas. Por tanto, asumen los fracasos como lo que son: una experiencia de la que se tiene que aprender.
 
Cultivar el gen creativo
Cuando se habla de emprender, inmediatamente se piensa en crear una nueva empresa. Sin embargo, es un concepto mucho más amplio, que abarca distintos ámbitos pero, por desgracia, algunos de ellos están descuidados. Estos son algunos en los que aún queda mucho por hacer:
 
La inquietud emprendedora
Recientes investigaciones señalan que una tercera parte de nuestra capacidad creativa es ADN. Las otras dos terceras partes provienen del entorno en el que crecemos y del trabajo que realizamos. Por tanto, hay muchas cosas que podemos hacer para potenciar este espíritu desde la infancia. Una de ellas es favorecer la observación, el networking y la experimentación. Hacer cosas con gente que no piensa ni actúa como tú. * Las compañías más innovadoras están guiadas por directivos que emplean su tiempo en plantear preguntas provocativas, observando el mundo como antropólogos y aprovechando la diversidad cultural para sembrar su inquietud en todos. Son jefes empeñados en pedir la participación de los empleados, en favorecer la experimentación y en poner en práctica nuevas iniciativas que, si fracasan, no dejen una huella negativa en los profesionales que las realizaron
 
Diario El Cronista (Argentina)

lunes, 21 de octubre de 2013

Los 14 principios de Henry Fayol para una administración eficiente

 
Trabajo en equipo, disciplina y estabilidad del personal son algunos de los pilares de las empresas, a juicio del experto.

El ingeniero y teórico de la administración fue el primero en sistematizar el comportamiento gerencial, definiendo que la función administrativa sólo tiene incidencia sobre el personal de la empresa. Sus más grandes contribuciones al área las plasmó en el libro Administration industrielle et générale, publicado en París en 1916.

Las investigaciones de Henry Fayol en el área, se basaron en un enfoque sintético, global y universal de la empresa, con una concepción anatómica y estructural de la organización. Uno de sus resultados fue la creación de una serie de 14 principios que toda empresa debería aplicar para lograr altos índices de eficiencia, donde destacan la disciplina, autoridad y correcta delimitación de funciones.

1) UNIDAD DE MANDO: Cada empleado debe recibir órdenes de un sólo superior. De esta forma, se evitan cruces de indicaciones a modo de fuego cruzado.

2) AUTORIDAD: A pesar de que el cargo otorga la autoridad formal, no siempre se tendrá obediencia si no existe la capacidad de liderazgo. Por ello, es necesario tener la capacidad de dar órdenes y que ellas se cumplan. La autoridad conlleva responsabilidad por las decisiones tomadas.

3) UNIDAD DE DIRECCIÓN: Se debe generar un programa para cada actividad. Todo objetivo de tener una secuencia de procesos y plan determinado para ser logrado. Además, de contar con un administrador para cada caso.

4) CENTRALIZACIÓN: Toda actividad debe ser manejada por una sola persona. Aunque gerentes conservan la responsabilidad final, se necesita delegar a subalternos la capacidad de supervisión de cada actividad.

5) SUBORDINACIÓN DEL INTERÉS PARTICULAR AL GENERAL: Deben prevalecer los intereses de la empresa por sobre las individualidades. Siempre se debe  buscar el beneficio sobre la mayoría.

6) DISCIPLINA: Cada miembro de la organización debe respetar las reglas de la empresa, como también los acuerdo de convivencia de ella. Un buen liderazgo es fundamental para lograr acuerdos justos en disputas y la correcta aplicación de sanciones.

7) DIVISIÓN DEL TRABAJO: La correcta delimitación y división de funciones es primordial para el buen funcionamiento de la empresa. Se debe explicar claramente el trabajo que cada colaborador debe desempañar. Además, se debe aprovechar la especialización del personal para aumentar la eficiencia.

8) ORDEN: Cada empleado debe ocupar el cargo más adecuado para él. Todo material debe estar en el lugar adecuado en el momento que corresponde.

9) JERARQUÍA:
El organigrama y jerarquía de cargos debe estar claramente definidos y expuestos. Desde gerentes a jefes de sección, todos deben conocer  a su superior directo y se debe respetar la autoridad de cada nivel.

10) JUSTA REMUNERACIÓN: Todo empleado debe tener clara noción de su remuneración y debe ser asignada de acuerdo al trabajo realizado. Los beneficios de la empresa deben ser compartidos por todos los trabajadores.

11) EQUIDAD: Todo líder debe contar con la capacidad de aplicar decisiones justas en el momento adecuado.  A su vez, deben tener un trato amistoso con sus subalternos.

12) ESTABILIDAD: Una alta tasa de rotación de personal no es conveniente para un funcionamiento eficiente de la empresa. Debe existir una razonable permanencia de una persona en su cargo, así los empleados sentirán seguridad en su puesto.

13) INICIATIVA: Se debe permitir la iniciativa para crear y llevar a cabo planes, dando libertad a los subalternos para que determinen cómo realizar ciertos procedimientos. Junto con esto, se debe tener en cuenta que en ocasiones se cometerán errores.

14) ESPIRITU DE CUERPO:
El trabajo en equipo siempre es indispensable. Se debe promover el trabajo colaborativo, que también ayuda a generar un mejor ambiente laboral.

Fuente: Emprendedores news.com
Foto: Web

lunes, 16 de septiembre de 2013

Pecados financieros de un emprendedor

 
Te presentamos una lista de los seis errores más comunes que pueden afectar tu salud financiera. ¡Evita caer en ellos!

“Ahorro” es una palabra clave para un buen emprendedor. El ahorro es sinónimo de gasto eficiente y finanzas saludables. Cualquier acción, decisión o actitud que se aleje de este camino debe ser considerado un pecado y sancionado como tal.
 
Ahorrar dinero significa guardar parte de las ganancias, controlar cuánto se gasta y tomar buenas decisiones de en qué invertir el dinero extra. Para la mayoría de las personas, ahorrar es algo complicado y costoso. Para otras, es sencillamente algo imposible.
 
Encontrar una solución a un problema implica que primero se determine dónde está y cuál es su causa.
 
A continuación te presentamos una lista con seis de los pecados financieros más comunes para tu salud financiera. Evítalos a toda costa:
 
1. Vivir al día
Una buena parte de los ingresos se destina a pagar deudas con la tarjeta de crédito o a alguna otra empresa o institución con la que has contraído una deuda.
 
2. Comprar pagando altos intereses
Te dejas llevar por los vendedores y caes en la trampa de las compras que parecen pequeñas pero que esconden intereses abusivos.
 
3. Pedir préstamos para pagar otros préstamos
De ese modo, sólo abres un agujero más grande para tapar otro. Con dos préstamos deberás pagar doble interés y en casos extremos estarás recibiendo cartas, y visitas de los abogados de tus acreedores.
 
4. Imposibilidad de compromiso a futuro
Cuando nos encontramos mal organizados en nuestra economía es realmente difícil poder comprometernos ya que tenemos varias deudas atrasadas, además de los intereses que generalmente éstas traen consigo.
 
5. No guardar para emergencias
Si ocurre un accidente o una desgracia, no tienes dinero para solventarlo y tampoco cuentas con un seguro que te ayude a cubrir los gastos. En el caso de una emergencia, un seguro puede ayudarte a pagar lo que no tenías contemplado.
 
6. Carecer de reservas
Careces de una opción de ingresos en caso de verte obligado a dejar de trabajar, retirarte o enfermar. En otras palabras, careces de planes de jubilación.
 

domingo, 18 de agosto de 2013

El arte de EMPRENDER



 
Cuando se habla de emprender o de emprendedores, rápidamente se los asocia con montar o crear una empresa o negocio, pero eso es sólo una parte de lo que considero que significa esa “catalogación” de personas.

Emprender o emprendedores como quieras llamarlo, para mí es una actitud de vida, las personas que emprenden son una mezcla de varios elementos, buscan superar sus propios límites constantemente, están en pleno desarrollo personal, ven los obstáculos como retos y oportunidades, buscan soluciones y no se recrean en los problemas, son críticos consigo mismos pero en afán de mejorarse y desafían permanentemente a la incertidumbre, algo a lo que los humanos no llevamos muy bien.

Estas características son las que definen a los emprendedores y estos están por todos los lados, repito no hace falta crear una empresa para serlo, es la actitud y a mí afortunadamente me toca convivir con muchos de ellos, ya sea por los procesos de Coaching o por los seminarios que imparto, éstas personas tienen un elemento común, romper sus propios límites.

Emprender es una arte, lo tengo claro, las personas que lo hacen son artistas de la vida porque buscar ser los protagonistas de la obra de sus vidas, no quieren ningún papel secundario ni mucho menos ser espectadores, ellos quieren ser el guionista, director y artista principal, con todo lo que acarrea estas funciones, pero les da igual, doblan los esfuerzos y se ponen a ello.

Claro que no es fácil emprender cualquier cosa, desde hacer un mínimo cambio de hábitos,  o cambiar de profesión-trabajo, romper con las creencias limitantes o crear una empresa, porque en el camino deberás lidiar con obstáculos, miedos, dudas, inseguridades, además de los consejos tóxicos de quienes te rodean.

Emprenden aquellos que hacen cambios en sus vidas, lo que compiten constantemente con ellos mismos, los que no pierden tiempo en recrearse en los problemas pero si dedican su energía a buscar soluciones, aquellos que dejan la “vida feliz y segura”   que dicta el sistema para SER ellos mismos, los que desafían a la adversidad y a la incertidumbre para cumplir sus sueños, los que crean empresas arriesgando su capital y su cierta seguridad económica.

Todas estas características que menciono en el párrafo anterior sobre los emprendedores tienen una característica muy común, que es la de SUPERAR SUS PROPIOS LIMITES.

Para ello hay que ser muy valiente y conocerse bien, porque cuando desafías a tus límites te vas a encontrar muchas veces con la sensación de frustración cuando no puedas con algo, pero estos en vez de arrojar la toalla, se van en busca de nuevos aprendizajes, habilidades y maestros, para luego volver a enfrentarlos con más fuerzas y superarlos, no se rinden  por más que a veces sea la recomendación de sus saboteadores, si no que se esfuerzan en buscar todo lo que esté a su alcance para dar el salto de calidad que necesitan.

Los seres humanos venimos a esta vida a aprender, a desarrollarnos, superarnos y transmitir a los demás nuestra sabiduría, pero como todos caemos en algún momento en las garras del miedo y en acomodarnos, es ahí donde aparece la diferencia entre los que emprenden y no, que es nada menos que la ACTITUD de superarse y desarrollarse, mientras algunos eligen (consciente o inconscientemente) vivir en el lamento y las excusas, otros salen de allí emprendiendo, andando, caminando, escalando montañas, desafiando tormentas y tempestades, porque tienen claro que necesitan avanzar para alcanzar su plenitud como persona.

Germán Antelo Solozábal          
Fuente: www.emprendedores.cl
Imagen: Web

martes, 9 de julio de 2013

Diez conceptos para los negocios del futuro

 
El éxito en los negocios viene acompañado de oportunidad, talento, pizcas de inteligencia, innovación, intuición y visión estratégica. ¿Cómo anticiparnos al futuro y crear nuestras propias oportunidades?
La agencia de publicidad JWT y un experto te lo resumen
 
En tiempos de globalización extrema, con altas dosis de hiperinformación y de un consumidor-cliente-emprendedor cada vez más capacitado y libre tecnológicamente para decidir por sí mismo; si hay un sector dinámico de la economía, ese es el mundo de los negocios.

Pocas fórmulas establecidas y únicas. Es el tiempo de las capacidades personales, de los innovadores y audaces para jugarse por ideas propias. Los expertos te lo resumen aquí en pocas palabras.

“Aunque cada sector propone y anticipa las tendencias que regirán en las próximas décadas, la velocidad de los cambios obliga a reformular muchos vaticinios aunque, detrás de ellos, se observa un factor común: el sentimiento”, explica Diego Pasjalidis, experto en estrategias e innovación, fundador de inspirativa.com

Repasemos estos diez mandamientos del mundo business de hoy que a la vez sirve de marco conceptual para ordenar tus proyectos o darle un impulso innovador a tus negocios en marcha:

Concepto 1 - Vida saludable:
Abarca el consumo consciente, lo orgánico, la vuelta a lo natural. La práctica de ejercicio, deporte, menor consumo de sustancias tóxicas (alcohol, cigarrillos) y elección de productos y servicios en base a calidad de vida como concepto global.

Concepto 2 - Conciencia ambiental:
Este aspecto ya no es un deber reservado para las grandes empresas. El cuidado de los recursos, reciclado, reutilización, suman cada día más adeptos y emprendedores que logran ver en esta tendencia una oportunidad de negocios.

Concepto 3 - Conciencia espiritual:
Ya no sorprende encontrar dentro de nuestro círculo de allegados, personas que se alinean con una conciencia superior a través de diferentes prácticas y actividades. La ciencia y la religión se encontrarán en el campo común de la espiritualidad.

Concepto 4- Emprendedorismo:
Esta tendencia es importante, y definirá la conformación de las economías locales, regionales y globales. Con nuevas formas de pensamiento y prioridades, los jóvenes de la Generación Y (30-40) y los Millennials (20-30) se volcarán con más frecuencia a proyectos propios, que les permitan flexibilidad, confort y plenitud general, lo que obligará a las viejas estructuras formales y rígidas a reconfigurarse, incluyendo los sistemas de previsión social.

Concepto 5- Equidad de oportunidades:
La tecnología de la información permite acceder a cualquier conocimiento en igualdad de condiciones. Desde la consulta sobre precios, productos, hasta contenido para capacitación o aprendizaje hoy está disponible en la web. Construir un negocio exitoso ya no está reservado a quien tiene dinero o contactos. Una buena idea puede fácilmente escalarse, mediante las diferentes comunidades virtuales.

Concepto 6- Transparencia y control:
La tecnología también comenzará a limitar desviaciones que anteriormente eran difíciles de monitorear. Hacer negocios hoy no es lo mismo que hacerlo 20 años atrás, y sin dudas no será igual que hacerlo 20 años en el futuro. Nuestros precios, servicios, comportamiento fiscal, pueden ser monitoreados hoy por un sin número de actores, incluyendo el control de gestión del Gobierno por parte de los ciudadanos.

Concepto 7- Diferente y personalizado:
El único concepto masivo será la diferenciación, el diseño a medida del consumidor. Con el tiempo, la difusión y el acceso a la información, todo producto o servicio se convierte en commodity muy rápidamente, por lo que el futuro obligará a los negocios a evolucionar mediante la innovación para subsistir.

Concepto 8 - Países virtuales, más que físicos:
Las fronteras cada vez se hacen más difusas. Hacer negocios ya es una cuestión global. Los emprendimientos de todo nivel pueden generar sus propios mercados comunitarios alrededor del mundo. Ya no importa en que lugar del mundo nos encontremos, podemos crecer hasta donde nuestra capacidad de imaginación nos permita.

Concepto 9 - Educación esencial:
La hiperconectividad y el acceso a la información obligarán a las instituciones educativas a reconfigurar sus planes de estudios. La capacitación se volverá más específica y concreta, y será generada por la demanda de estudiantes en áreas específicas.

Concepto 10 : Del saber como, al sentir como:
El mundo transita del paradigma del “saber cómo” al de “sentir cómo”, lo que cambia nuestra manera de enfrentar la realidad y, por ende, la forma en que las sociedades y Gobiernos deberán adaptarse, lo deseen o no.

“El desafío para los negocios, entonces, pasará por responder anticipadamente “¿cómo puedo aprovechar esa tendencia’?”, y es aquí en donde entra en juego la innovación. En la medida que un negocio, cualquiera fuera su rubro o sector, incorpore en su propuesta de valor, imagen, diseño, comunicación y relación con el cliente uno o varios de los conceptos anteriores, estará en mejores condiciones de construir un mejor futuro”, resume el experto.

Daniela Blanco
Infobae.com
Imagen: Infobae

martes, 4 de junio de 2013

5 cosas que nunca debes decir al negociar


Si no estás negociando o lo encuentras dificultoso, aquí tienes algunos errores que debes evitar.

Todo entrepreneur pasa un tiempo regateando, ya sea con clientes, proveedores, inversores o posibles empleados. Muchos dueños de negocios tienen un don, y pareciera como si naturalmente les fuera bien en las negociaciones. Probablemente tengas uno o dos trucos –algunas frases mágicas para decir, quizás – que pueden ayudarte a ganar la delantera. Pero, con frecuencia, cuando algo simplemente se te escapa sin querer es cuando te metes en problemas. Si eres nuevo en las negociaciones, o sientes que es un área para mejorar, ten en cuenta estos consejos sobre precisamente, qué no decir.

1. La palabra “entre”
Con frecuencia se siente razonable – y por lo tanto como progreso – decir un rango. Con un cliente, esto podría significar “Puedo realizarlo por entre US$ 10,000 y US$ 15,000. Con un empleado potencial, podrías tentarte y decirle “puedes empezar entre el 1ero y el 15 de abril”.

Pero la palabra entre tiende a ser equivalente a una concesión, y cualquier negociador astuto con quien estés tratando, apuntará rápidamente hacia el precio más barato o la siguiente fecha límite. En otras palabras, encontrarás que al decir la palabra entre, concederás automáticamente terreno sin obtener nada a cambio. 

2. “Creo que estamos cerca”
Todos hemos experimentado la fatiga del acuerdo: aquel momento en el que deseas tanto concretar un acuerdo, que le demuestras a la otra parte que estás listo para decidir los detalles y seguir adelante. El problema de llegar a estas encrucijadas, y anunciar que ya estás allí, es que has indicado que valoras un acuerdo simplemente al conseguir tan solo lo que quieres. Y un negociador experto en el otro lado, también puede utilizar este momento como una oportunidad para dilatar el proceso, y por lo tanto para negociar nuevas concesiones.

A menos que realmente tengas una presión de tiempo, no debes ser la parte que señale que se escucha muy fuerte el tic tac del reloj de fondo. Crea una situación en la que tu contraparte esté tan ansioso de finalizar la negociación (o mejor dicho: aún más ansioso) que tú.

3. “¿Por qué no dices una cifra?” 
Existen diferentes escuelas de pensamiento sobre este tema, y muchos creen que no debes ser la primera persona en decir un precio en una negociación. Deja que la otra parte comience la apuesta, según lo dice esta corriente, y estarán obligados a mostrar sus cartas, lo cual te dará una gran ventaja. Pero investigaciones han señalado que el resultado de una negociación se acerca con mayor frecuencia a la propuesta del primer ponente que a la cifra que la contraparte tenía en mente; la primera cifra mencionada en una negociación (siempre y cuando no sea algo ridículo) tiene el efecto de “anclaje en la conversación”. Y el propio papel de cada persona también tiene importancia en la negociación. En el libro Negociación, Adam D. Galinsky de la Escuela de Negocios Kellog de Northwestern y Roderick I. Swaab de INSEAD en Francia, escriben: “en nuestros estudios hemos descubierto que el resultado final de una negociación es afectado dependiendo si el comprador o el vendedor realiza la primera oferta. Específicamente, cuando el vendedor realiza la primera oferta, el precio final del acuerdo tiende a ser más alto que cuando el comprador ofrece la primera cifra”.

4. “Yo soy quien toma la decisión final”
Al comienzo de muchas negociaciones, alguien siempre pregunta: “¿quiénes son los principales accionistas en tu lado y se necesita la presencia de todos para tomar la decisión?”. Para la mayoría de los entrepreneurs, la respuesta, obviamente, es sí. ¿Quién, además de ti, es alguna vez necesitado para tomar una decisión? ¿No es acaso uno de los placeres más grandes poder tomar todas las decisiones? Sin embargo en las negociaciones, en particular con grandes organizaciones, esto puede ser una trampa. Casi siempre debes decir que tienes que hablar con una autoridad más importante antes de tomar una decisión. En el caso de ser dueño de un negocio, aquel jefe supremo puede ser un inversor importante, un compañero o los miembros de tu junta asesora. El punto es que mientras seas el único que decide, no debes hacer que la contraparte sepa que eres el que toma la decisión final, sólo por si acaso te encuentras acorralado al desarrollarse la propuesta. En particular en acuerdos de alto riesgo, seguramente te beneficiarás si te tomas 24 horas extra para repensar sobre los términos. Por una vez, sé (falsamente) humilde: pretende no tener el poder de tomar todas las decisiones.

5. “Vete al demonio”
Los negociadores más sabios no se toman nada personalmente: son impermeables a la crítica e imposibles de enervar. Y porque parece que nada los mueve y los interesados en el asunto no les impresionan, tienen un modo de poner nerviosos a contrapartes menos experimentados. Esta puede ser un arma muy efectiva cuando se utiliza en contra de entrepreneurs, porque ellos tienden a tomar cada aspecto de su negocio de forma muy personal. Los emprendedores muchas veces se muestran como francos, personas con sentido y que pueden ser susceptibles por momentos. Pero siempre que negocies, recuerda permanecer calmo, nunca demostrar que una contraoferta absurdamente baja o que una táctica de dilatación te ha molestado. Utiliza tu ecuanimidad para poner nervioso a la persona con la que estás negociando. Y si se enoja o enfurece, no respondas. Simplemente aprovecha: haz obtenido la ventaja emocional de la situación. Ahora ve y cierra el trato.

Autor: Mike Hoffman
Fuente: Emprendedores News

martes, 5 de marzo de 2013

De empleado a propietario: algunas preguntas clave

 
Quien siga mis escritos sabrá ya que creo de manera ferviente en el capitalismo de los emprendedores, no de los dinosaurios. Y que habitualmente propago la convicción de que el mundo necesita más emprendedores y que es a través de ellos como podremos tener mejores resultados en materia de empleo, justicia social y calidad de vida.

Pero de la misma forma que defiendo aquello, descreo de aquel fundamentalismo simplista que, con arengas divertidas pero desmedidas, pregonan consignas como “cambiar el mundo” o “pensar en grande” o “la escala global es todo”. Por supuesto que muchos emprendimientos tienen la posibilidad de nacer con esas banderas. Y son fantásticos. Pero la gran mayoría, no. Y también son fantásticos porque logran, cuanto menos, abrir una puerta de autoempleo para sus protagonistas, siempre terminan generando algo de empleo para otros y, en general, resuelven algún problema o necesidad con mayor humanidad que lo que suelen hacerlo las empresas ya establecidas.

Ser empleado no es una “condición”. Es solo una circunstancia. Mejor o peor según el contexto, la etapa de vida de cada persona, sus prioridades, etc. En buena hora se ha acabado el mundo en el que los hijos de los más ricos, los que tenían la posibilidad de recibir la mejor educación o los que gozaban de ciertos beneficios sociales, culturales o raciales, eran los que emprendían. Y los que emprendían sin algo de esto eran excepciones. Hoy, los componentes de pasión, determinación y capacidad de generar equipos valen más para emprender y reunir capital, que cualquiera de aquellos factores.

Pues bien, de donde emanan esos miles y miles de emprendimientos de pequeña o mediana escala (y que quizás, fruto de la conjunción de múltiples factores, podrán convertirse en grandes empresas) que suelen ponerse en marcha en el mundo? En general, surgen de personas que se juntan, dejan sus empleos y ponen en marcha un proyecto.
 
En este post, quiero contribuir con el análisis que toda persona con aspiraciones de emprender y actualmente en condición de empleado, hace previo a arrancar. Y lo haré en forma de grandes preguntas que entiendo es bueno plantearse.

Porqué?
 Hay múltiples razones que pueden explicar el porque de una decisión de autonomía laboral. Aburrimiento con la rutina laboral de la empresa empleadora, mala relación con jefes y gerentes, debilidad del panorama de crecimiento dentro de la empresa, mal clima laboral, etc. Pero en general, todas estas razones tienen como denominador común una situación de insatisfacción, de no poder plasmar lo mejor de uno en el trabajo de cada día, de estar por debajo del umbral de las posibilidades y aptitudes.

 Cuando esto empieza a hacerse evidente con una vigencia imposible de mitigar es que llegó el momento de comenzar a buscar nuevos rumbos.
 Las empresas existentes tienen la responsabilidad de que esto no suceda de forma generalizada pero deben tener la madurez de aceptar cuando a algunos les suceda y ojalá la inteligencia para aprovecharlo.

Cuando?
 No hay un reloj que mida esto con alguna precisión. Pero podemos arriesgar y decir que ello se da “cuando” una persona entiende que ha acumulado algunas experiencias y saberes que construyen skills de valor para ponerse al frente de un proyecto, y “cuando” se logra visualizar una oportunidad lo suficientemente tentadora y con estimaciones de viabilidad para lanzarse a la aventura de emprender.

 Si a esa insatisfacción que hablábamos en el punto anterior le sumamos que el actual “empleado” ha generado skills de las que se siente seguro y esa detección de una oportunidad de acción, estamos ante la situación en la que un empleado comienza a sentir que dicha condición no es inexorable para el.
 
Cómo?
 Comenzando a jugar un partido que progresivamente nos llevará a estar al frente de nuestro proyecto. Es sano y altamente productivo “conversar” del tema con los actuales empleadores. Y llevar esa conversación hasta la máxima expresión de intercambio y colaboración que la cultura de la empresa empleadora y sus dueños permitan.
 Sobre la base de ello, el partido requiere postergar muchas cosas de una vida ordenada para destinar energías crecientes a modelar la oportunidad visualizada, realizar averiguaciones, acopiar conocimientos, conversar con actores de valor para el futuro proyecto, presentarse a certámenes y concursos, etc. Todo, en tiempos extras al trabajo actual, y sin abusar de la confianza de los actuales empleadores. Llega un momento que el partido requiere acción total. Y es hora de renunciar.

Con qué?
 No hay un kit ideal de lo que debe reunirse para dar el salto. Es muy variable según el tipo de proyecto y varias otras circunstancias. No obstante, podemos intentar una simplificación y decir que la “canasta” a armar para emprender requiere tener algo de ahorros y espalda financiera para unos meses difíciles, una situación personal / familiar teñida de apoyo y comprensión, una oportunidad para emprender estudiada y profundizada todo lo posible, alguna “palanca” en la cual apoyarse para alguno de los temas centrales de la idea (por ejemplo el apoyo de la empresa empleadora actual, algún mentor relevante, etc) y una disponibilidad de uno o más compañeros de ruta (futuros socios).
 No hay éxito garantizado. No hay “kit ideal”. Pero con la reunión de estos 5 elementos en cantidades que uno considere y sienta suficientes, hay una buena mochila para emprender la travesía.
 
Donde?
 En el campo o terreno en el que sienta que pueda agregar valor a través de una propuesta que alguien necesita y pagará por ella. En general, son campos que tienen alguna relación con la industria en la que la persona viene desenvolviéndose como empleado. Los buenos empleados que deciden ser emprendedores sin tirar la ética a la basura (salvo que hayan tenido malos empleadores) deben moverse en un estrecho margen que evite una burda competencia de los negocios para los que ha trabajado y, por otro lado, que ello no implique privarse de utilizar todo lo que ha aprendido en esos espacios para su próximo emprendimiento.

 Y esto es un tema de pura cultura emprendedora: mientras más arraigados tengamos los empleadores que nuestros actuales empleados tienen el derecho y la sana posibilidad de emprender y mientras más incorporado tengan los circunstanciales empleados que emprender es mucho más que copiar, más sano será este proceso parta todos.
 Por otra parte, mientras más inclinación y hasta pasión sienta el actual empleado por el tema donde emprender, mejor serán sus chances de construir un modelo propio significativo.

Con quién?
 Sólo es muy difícil. Hay muy pocas chances de comenzar a jugar el partido que va hacia la autonomía y luego comenzarlo si uno peca de soberbia y cree que “contratando” o “consiguiendo” apoyo puntual de otros bastará.

 Emprender requiere compañeros de ruta. De mínima, un socio complementario en habilidades, visión compartida y sintonía de valores. Y de máxima aparecen otros actores, según el tipo y dimensión del proyecto (mentores, futuros empleados estratégicos que requiere convencer ya para sumar a la previa, aliados, etc).

 No hay que escatimar esfuerzos en esto. Dedicar tiempo a conformar esa “comunidad” que te acompañará en el viaje, en distintas posiciones, es determinante y es la mayor capitalización que se puede hacer del networking logrado en los años de “buen empleado”.
 
Para que?
 Para intentar llegar a algo llamado autorrealización. Gracias Maslow por habernos hecho entender que nuestra escala de necesidades supremas trasciende a lo material. Puedes tener todo a tu disposición, pero si sientes que no estás realizado, estarás en problemas.
 El gran “para qué” de una persona que renuncia al estado “sin riesgos” de ser empleado es alcanzar un propósito mayor con su vida y entrar en la reconfortante zona de la propia creación.
 Habrá mas o menos plata, habrá seguramente momentos de extremo sacrificio, habrá múltiples problemas de difícil resolución, habrá sinsabores, ingratitudes, sorpresas. Justamente todo lo que los análisis profesionales y técnicos no pueden estimar. Pero el “para qué” posible es tan grande, tan radiante, que terminará imponiéndose en la decisión de esos actuales empleados que deciden emprender.

Este artículo no pretende ser una apología destinada a que todos los que actualmente son empleados dejen sus empresas y salgan a emprender. Recordemos una vez más que hay múltiples posibilidades de “ser emprendedor” dentro de una empresa existente. Solo pretendo esclarecer que cualquier “empleado” actual puede querer emprender desde cero. Y es muy sano que así sea siempre que parta de un convencimiento personal y se hayan construido respuestas genuinas a muchas de estas preguntas que todos debieran hacerse.

No hay empleados permanentes. No hay emprendedores por decreto o sólo por imperio del dinero. Hay emprendedores. Y por suerte para el mundo, cada vez más.
 
Andrés Pallaro
www.andrespallaro.com

miércoles, 20 de febrero de 2013

Emprendedores de malos negocios

Existen negocios que aun haciéndolos con la mejor disciplina administrativa y con toneladas de liderazgo nunca entregarán utilidades.

Mi principal actividad profesional es ser consejero de empresas y empresarios. Por ello tengo también contactos con personas que emprenden o que desean emprender. Con frecuencia me preguntan cómo poder reconocer un mal negocio. Existen negocios que aun haciéndolos con la mejor disciplina administrativa y con toneladas de liderazgo nunca entregarán utilidades.

Escribo aquí un decálogo para reconocer negocios poco atractivos.

1.- Existen muchos competidores con capacidad instalada subutilizada.
Cuando existen muchos oferentes del mismo producto para el mismo mercado suelen desatarse guerras de precios. Los competidores más poderosos están dispuestos a operar temporalmente incluso con pérdidas para orillar a los pequeños a salir.

2.- Los proveedores son escasos.
Si existen pocas opciones de abastecimiento, el negocio emprendido podría convertirse en un mostrador mas del proveedor. Un ejemplo son las gasolineras, solo tienen un proveedor: Pemex, quien les dicta sus márgenes unitarios de ganancia. Afortunadamente los gasolineros han entendido que su negocio también es rentar espacios comerciales inmobiliarios.

3.- El periodo de recuperación de efectivo es largo.
Existen negocios que entre más venden, más dinero necesitan. Sus dueños necesitan tener un bolsillo amplio. Lo contrario sería un negocio cuyas ventas son al contado, y cuyas compras son a consignación. Es una maquina de generar efectivo.

4.- Los clientes están muy concentrados.
El negocio tendrá menos riesgo y mas poder de negociación hacia el mercado entre mas diversificada su cartera de clientes. Depender de uno o pocos clientes es peligroso.

5.- El negocio vende perecederos propios con demanda cíclica.
Un negocio así necesita altos márgenes, y tendrá que operar con inventarios de alta rotación, de lo contrario la utilidad se queda en el almacén de productos invendibles.

6.- Un negocio que fabrica para ver si vende.
Quien tiene un negocio de fabricación, pero no es dueño de un mercado suele enfrentar altibajos depredadores de efectivo, sobre todo si sus costos fijos son elevados.

7.- Un negocio pequeño que requiera arrendar instalaciones caras.
El ejemplo seria la tienda de regalos que se ubica en un centro comercial famoso, a veces su dolor de cabeza es pagar la renta del local.

8.- Un negocio cuya ventaja competitiva depende de una habilidad que el propietario no tiene.
Aquí el ejemplo es el del restaurante cuyo atractivo es el chef francés. Si el propietario no es el chef, tendrá que compartir generosamente las ganancias.

9.- Un negocio que únicamente funcionará si el dueño lo atiende.
Puede ser un buen negocio, pero como las personas no somos ubicuas, el negocio llegará hasta donde el propietario puede mantenerse insomne.

10.- El negocio que está de moda poner.
Si está de moda, pronto habrá muchos competidores
 
Heriberto Ramos Hernández
Milenio.com
Imagen: web

martes, 29 de enero de 2013

Cómo calcular la rentabilidad de una inversión

La rentabilidad de una inversión es un indicador que mide la relación que existe entre la ganancia de una inversión y el costo de ésta, al mostrar qué porcentaje del dinero invertido se ha ganado o recuperado, o se va a ganar o recuperar.
 
Conocer la rentabilidad de una inversión nos permite saber qué tan bueno ha sido el desempeño de la inversión o, en caso de tratarse de una rentabilidad ofrecida, saber qué tan atractiva es.
 
Y en caso de tratarse de varias inversiones, conocer sus rentabilidades nos permite comparar éstas, y así saber cuál inversión tuvo el mejor desempeño o, en caso de tratarse de rentabilidades ofrecidas, saber cuál es la más atractiva.
 
Por ejemplo, si tenemos que elegir entre una inversión “A” que nos ofrece una rentabilidad de 6%, una inversión “B” que nos ofrece una rentabilidad de 15%, y una inversión “C” que nos ofrece una rentabilidad de 30%, la inversión “C” sería la más atractiva, aunque para decidirnos por ella, además de la rentabilidad, deberíamos tomar en cuenta otros factores tales como el riesgo.
 
La fórmula para hallar la rentabilidad de una inversión es:
 
Rentabilidad = (Ganancia / Inversión) x 100
 
Por ejemplo, si una inversión con un costo de US$12 000 ha generado una ganancia de US$3 000, la rentabilidad de la inversión habrá sido de 25%.
 
Veamos a continuación ejemplos específicos de cómo hallar la rentabilidad para los siguientes tipos de inversión: un negocio, un inmueble y una acción.
 
La rentabilidad de un negocio
En el caso de un negocio, para calcular su rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión del negocio y la ganancia que ha generado, la cual estará dada por las utilidades que ha generado o, en caso de venderlo, por la diferencia entre el precio de venta y la inversión.
 
Por ejemplo, si un negocio tuvo una inversión de US$20 000, y luego de un año genera utilidades por US$2 000, la rentabilidad del negocio habrá sido de: (2000 / 20000) x 100 = 10%.
 
O, por ejemplo, si un negocio tuvo una inversión de US$20 000, y luego se vende a US$30 000, la rentabilidad del negocio habrá sido de: (30000 – 20000 / 20000) x 100 = 50%.
 
En caso de tratarse de un proyecto de negocio, para hallar la rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión y la ganancia futura, la cual estará dada por las utilidades proyectadas (diferencia entre ingresos y egresos proyectados).
 
Por ejemplo, si un proyecto de negocio tiene una inversión de US$20 000, y las utilidades proyectadas para un año son de US$3 000, la rentabilidad ofrecida por el negocio será de: (3000 / 20000) x 100 = 15%.
 
La rentabilidad de un inmueble
En el caso de un inmueble, para calcular su rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión del inmueble y la ganancia que ha generado, la cual estará dada por la diferencia entre el precio de venta y la inversión (ganancia de capital) o, en caso de rentarlo, por la diferencia entre los ingresos por renta y los gastos (flujo de efectivo).
 
Por ejemplo, si un inmueble tuvo una inversión de US$30 000, y luego se vende a US$40 000, la rentabilidad del inmueble habrá sido de: (40000 – 30000 / 30000) x 100 = 33.3%.
 
O, por ejemplo, si un inmueble tuvo una inversión de US$30 000, los ingresos por renta en un año fueron de US$12 000, y los gastos en el mismo periodo de tiempo fueron de US$10 000, la rentabilidad del inmueble habrá sido de: (12000 – 10000 / 30000) x 100 = 6.7%.
 
En caso de que queramos hallar la rentabilidad que podríamos obtener con un inmueble, para hallar la ganancia futura podríamos tomar en cuenta la tasa de crecimiento promedio del valor de los inmuebles en la zona o, en caso de que tengamos planeado rentarlo, el flujo de efectivo promedio de los inmuebles de la zona.
 
La rentabilidad de una acción
En el caso de una acción, para calcular su rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión de la acción y la ganancia que ha generado, la cual estará dada por la diferencia entre el precio de venta y el precio de compra, más los dividendos que podría haber entregado.
 
Por ejemplo, si se compran acciones de una empresa por un valor de US$10 000, y luego de un año las acciones suben de precio y se venden a US$12 000, pero además pagan dividendos por un valor de US$500, la rentabilidad de las acciones habrá sido de: (12000 – 10000 + 500 / 10000) x 100 = 25%.
 
En caso de que queramos hallar la rentabilidad que podríamos obtener con una acción, podríamos tomar en cuenta la rentabilidad que ha obtenido anteriormente, aunque a diferencia de lo que sucede en el caso de otros tipos de inversión tales como los inmuebles, la rentabilidad de una acción es más difícil de pronosticar debido a la volatilidad del mercado de valores.
 
Fuente: crecenegocios
Imagen: Web

jueves, 17 de enero de 2013

5 pasos para gestionar los miedos más comunes de los emprendedores



5 pasos para gestionar los miedos más comunes de los emprendedores : ¿Por qué emprendemos? Cada uno tiene una idea diferente del porqué. Dos los elementos que influyen en esta elección: el carácter de una persona y las condiciones externas.

Sin embargo independientemente de la causa que nos empuje a emprender, todos los emprendedores y emprendedoras tenemos miedos comunes.

El miedo es una emoción y como todas las emociones, si lo sabemos gestionar nos puede resultar muy útil para nuestro emprendimiento. Lo importante es identificarlo y saberlo escuchar: ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Por qué aparece? ¿De qué quiere avisarme?

¿Por qué quieres emprender?
Cada uno tiene una idea diferente del porqué. Dos los elementos que influyen en esta elección: el carácter de una persona y las condiciones externas. Hay personas que emprenden por vocación y ante cualquier situación tienen la idea o ven la oportunidad para emprender. Otros necesitan un empujón (perdida del trabajo) y la crisis actual ha ofrecido un empujón muy fuerte a mucho indecisos.

Sin embargo independientemente de la causa que nos empuje a emprender, todos los emprendedores y emprendedoras tenemos miedos comunes.

El miedo es una emoción y como todas las emociones, si lo sabemos gestionar nos puede resultar muy útil para nuestro emprendimiento. Lo importante es identificarlo y saberlo escuchar: ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Por qué aparece? ¿De qué quiere avisarme?

Los miedos mal manejados llevan a la parálisis o a cometer errores costosos. Algunos de los más comunes son:
 •Miedo al Fracaso
 •Miedo al que dirán de mi
 •Miedo al inesperado
 •Miedo a la inestabilidad personal

¿Te reconoces en algunos de ello? O quizás ¿en todos? Vamos más en detalle:

Miedo al Fracaso
El primero, más grande y más común y está relacionado con la idea de éxito que persiste en nuestra mente. Este miedo engloba una enorme cantidad de aspectos: desde el ego personal hasta la responsabilidad por la gente que trabaja contigo o por las deudas contraídas.

La imagen mental de que te persigan los deudores y que te encuentres sin dinero viviendo bajo un puente, es bastante normal, atormenta incluso a los emprendedores más experimentados. Deshacerse de este miedo no sólo es imposible, es peligroso. Este miedo es el que nos impulsa una y otra vez a salir adelante de los problemas.

Miedo al que dirán de mi
“Y si no tengo éxito qué va a decir la gente que me advirtió que no iniciara esta locura… O, la gente que tanto me admiraba por haberla empezado” Este es un miedo ridículo y definitivamente lo debemos eliminar. El tratar de cumplir con las expectativas de los demás es una pérdida de tiempo. No sirve, siempre habrá alguien dispuesto a criticar lo que has hecho, aunque cuando lo has hecho muy bien. ¿Te merece la pena?

Miedo a lo inesperado
Si hay algo seguro en la vida del emprendedor/a es que las cosas se van a salir de control. No importa cuán estructurado sea el plan de negocios o cuán previsor seas, siempre va a haber algo que no habrás previsto o calculado. Cuando trabajar en una empresa grande las sorpresas de lo inesperado se diluyen entre los diferentes departamentos o áreas o jefes, cuando tú eres el emprendedor, todo el balde de agua fría cae encima de ti. ¿Solución? No existe. Aprender a bailar bajo la lluvia sin esperar que termine de llover, es lo que más probablemente tendrás que aprender a hacer. Este miedo tiene un hermano gemelo: miedo a ser mi propio jefe y asumir la responsabilidad final de las decisiones.

Miedo a la inestabilidad personal
Otro miedo muy justificado. Para la mayoría de los emprendedores el iniciar un nuevo negocio implica un cambio total en la vida fuera de la oficina, desde los horarios de trabajo hasta las finanzas personales. Fundamental es conversarlo directamente con de las personas que se vean “afectadas” por tu cambio en estilo de vida (pareja, familiares amigos etc..) y tener una base de protección sólida (la mayor parte de ahorros posibles, minimizar deudas).

Estos miedos que acabo de listar, son miedos que tienen que ver con el futuro, y la incertidumbre, de lo que va a pasarme si me meto en los negocios. ¿Qué hacer con ellos? ¿Cómo puedo manejarme con los numerosos miedos y las angustias típicas de un emprendedor/a?

Darle la vuelta.
Hay un proceso de 5 pasos que puedes usar para aprender de tus temores y gestionarlos de forma eficaz:

Paso 1: Reconoce lo que sucede realmente, los hechos.
No trates de convertir la situación en lo que no es. Procura no dramatizarla, ni racionalizarla, ni minimizarla. Es decir, no te anticipe con tu imaginación creando escenarios apocalípticos, tampoco derrúmbate en escena trágica, así que céntrate en lo que hay, en los hechos.

Paso 2: Toma consciencia, el cuerpo es sabio.
Seas consciente de tu estado para procurar cambiarlo, primariamente percibe la intensidad de la emoción e individua en que parte de tu cuerpo se manifiesta (estomago, hombros, manos et..), nota donde sientes la tensión. Siéntate y respira de forma profunda durante un rato, percibe la intensidad de la emoción y sostenla.

Paso 3: Conecta con el mensaje del miedo, hazte preguntas.
¿Por qué este temor especifico se vuelve recurrente en mi vida? ¿Por qué ese y no otro? ¿Qué tiene qué ver conmigo el tener miedo a …..?

Te invito a que busque el patrón común que surge cuando tienes miedo, este tipo de miedo (es decir, que piensas y que como reaccionas habitualmente).

¿Qué dialogo interior estás manteniendo contigo mismo cuando aparece este miedo? ¿Qué acciones te impulsa hacer?

Paso 4: Identifica la origen del miedo, comprende.
Puede que el miedo venga de experiencias del pasado, de un peligro presente o de un temor futuro. Reconocerlo e identificarlo te proporciona una posición de neutralidad que te permitirá de manejarlo mejor.

Muchas veces, los miedos más grandes de un emprendedor vienen acerca de tema financieros, y generalmente estos temas tienen que ver con patrones familiares y con la forma de vivir y gestionar el dinero. Quizás puedes indagar por allí….

Si no lo consigues, siempre puedes acudir a profesionales que te ayuden a hacerlo como coaches o terapeutas.

Paso 5: Responsabilízate y emprende nuevas acciones, actúa.
Una vez que has entendido el mensaje que el miedo quiere comunicarte, qué has podido enfrentarte con los diálogos internos que estás manteniendo cuando aparece y te has dado cuenta de cómo reacción tu cuerpo. Entonces tienes a disposición toda la sabiduría para planificar una estrategia y unas acciones diferentes ante de ello. Y el poder está de vuelta en tus manos.

Paola Pozzi http://emprendedorasbcn.com 
Fuente: Plan Emprendedor
Foto: Web