La primera clave es vender beneficios, no el producto, ¿Qué significa esto? Que cuando la gente compra algo, no compra el producto, sino los beneficios que el producto le trae. Por ejemplo, cuando compramos un teléfono, no buscamos un aparato, sino comunicación. O cuando compramos un televisor, compramos entretenimiento. La idea es, entonces, que pensemos los beneficios de nuestro producto, y sobre ellos basemos la comunicación del mismo. Esto aplica tanto a folletos, un sitio web, banners, avisos en el diario, etc.
La segunda clave es hacerlo simple y breve, nadie lee larguísimas descripciones sobre un producto. Cuando vemos una publicidad, no perdemos tiempo leyendo especificaciones de un producto, queremos una rápida mirada entender de qué se trata. Algo que sirve mucho es organizar el contenido en bullet points (viñetas) y resaltar en negrita las palabras clave.
La tercera clave es usar una buena imagen de producto, o en caso de ser un intangible, un ícono que lo represente.
La imagen debería ser clara, nítida, y de buenas proporciones en relación a la pieza publicitaria, para llamar la atención de los consumidores. Una última recomendación: es una muy buena idea encargar este trabajo a un profesional, para optimizar nuestra inversión publicitaria.
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