viernes, 30 de mayo de 2008

10 errores que cometieron otros y que tú no quieres cometer

Para evitar caer en los errores más comunes que han cometido los emprendedores a los largo de la historia, hay que aprender de sus experiencias y anticiparse al mal paso:

1. Pensar que todas las buenas ideas son novedosas: la clave para los emprendedores no siempre es crear algo novedoso y revolucionario, sino resolver problemas claves y típicos. En muchos casos esto resulta ser más exitoso que lanzarse a conquistar nuevos mercados o productos.

2. Creer que todo esta inventado: comúnmente pensamos que si a nosotros se nos ocurrió una idea probablemente otros ya hayan puesto atención en ella antes que nosotros. Ten en cuenta que:

a. Del dicho al hecho hay un gran trecho, es decir, tener una idea y llevarla a la práctica son cuestiones muy diferentes.

b. No solo importan las ideas en si mismas, sino el llevarlas a cabo en forma exitosa. Una misma idea puede tener varios caminos para ejecutarla, así que analiza lo que existe en el mercado y busca diferenciarte.

3. Creer que el producto se venderá solo: no basta con tener un buen producto, si bien esto favorecerá las ventas es necesario realizar una estrategia para dar a conocer mi producto y venderlo.

4. Creer que ser el primer jugador me llevara al éxito: si tu producto o servicio son buenos pronto habrá competidores dispuestos a imitarte o superarte. Detecta cuales son tus barreras de entrada y si no las tienes intenta crearlas a partir de alianzas estratégicas, movimientos rápidos, innovaciones, etc.

5. Considerar que es suficiente una pequeña innovación: la competencia hoy en día es feroz, y sería un error y una pérdida de esfuerzo pensar que con una pequeña innovación en algo que ya existe podría ganar y sobrevivir en el mercado.

6. No trabajar en equipo: uno de los errores más comunes es que el emprendedor está tan enamorado de su proyecto que cree que él solo puede llevarlo acabo. Está comprobado que el trabajo en equipo es uno de las bases fundamentales para que el emprendimiento sea un éxito. No olvidemos que el resultado del trabajo en equipo es mayor que a la suma de sus individualidades.

7. No tener idea de los números de mi empresa o no saber interpretarlos: si no puedes traducir tu empresa en números claves: costos de producción, ventas, utilidades, márgenes, etc lo más probable es que tu negocio se te escape de las manos. Si los números no son tu área mas fuerte busca la ayuda de expertos que puedan complementarte.

8. No ser realistas: la mayoría de las veces cuando realizamos una proyección nos es difícil considerar todos los factores que puedan afectar a la realización del emprendimiento, inclusive no podemos tener el control sobre todas las variables que se nos puedan llegar a presentar. Debemos recordar entonces que una proyección es sólo una estimado de la realidad, y que cuántos más factores consideremos al realizarla, será menos susceptible a errores.

9. Creer que uno se las sabe todas: la humildad en cuanto a los conocimientos es un componente esencial en la personalidad de un emprendedor. Conocer nuestras limitaciones y recurrir al consejo de expertos hará que los problemas se resuelvan antes de que sea demasiado tarde.

10. No estar abierto al cambio: debemos ser conscientes que a medida que la empresa se va desarrollando se van suscitando cambios, y la adaptabilidad a los mismos hará que la empresa perdure en el tiempo. Probablemente los pioneros del emprendimiento no sean quienes lideren la empresa cuando haya alcanzado cierto crecimiento. Debemos realizar evaluaciones constantes, estar atento a los cambios, e implementar los ajustes necesarios.

Endeavor México

domingo, 25 de mayo de 2008

Evalúa tus recursos

Seguramente tienes más de lo que crees

Bill Gates inició su empresa (Microsoft) cuando era un alumno, que por cierto, se dio de baja para trabajar en su sistema operativo. Los fundadores de Hewlett Packard iniciaron sus operaciones desde el garage de su casa. Jeff Bezos, fundador de Amazon, inició la empresa con tan solo US$10,000.

Según un estudio publicado (Origen y Evolución de Nuevas Empresas, Ed Oxford), más de el 70% de las nuevas empresas exitosas en Estados Unidos inician operaciones con financiamiento propio, siendo este muy bajo. Los recursos que son altos son aquellos relacionados no al dinero, sino a los contactos y el conocimiento.

Otra estadística en ese mismo libro señala que el 50% de los emprendedores en Estados Unidos inician su empresa en menos de dos meses desde el día que se les ocurrió su idea.

Al iniciar una empresa, no necesariamente se inicia con la idea original. Por ejemplo, si tu idea es convertirte en un productor y distribuidor de películas, probablemente no puedas iniciar siendo eso, pero quizá empieces siendo un distribuidor de películas en una región poco competida, para en un año ser distribuidor en una zona mas amplia, en dos años iniciar esfuerzos de producción, en tres años tener la empresa que te imaginaste desde el principio. Iniciar un negocio requiere activos iniciales, pero no son tan caros o tan inaccesibles como se cree. A continuación una lista parcial que te puede ayudar a evaluar tus recursos:

Transformando la idea en un negocio:

•¿Ya tienes un estudio de mercado? Usa también la información industrial que puedes encontrar en las páginas de los bancos.

•¿Ya tienes un prototipo de tu producto o servicio? Si no, eso es lo primero. Debes de trabajar todos los días en obtenerlo. Prueba tus servicios en una empresa pequeña a quien no le cobres para ver si da resultados.

•Ya tienes un prototipo, pero ¿ya tienes modelo de negocios? Esto es clave. El producto o servicio prototipo no te sirve de nada si no puedes demostrar que tienes la capacidad de ganar dinero con el. ¿Ya sabes quién puede manufacturar tu producto en forma masiva? ¿Ya sabes quíén lo puede distribuir? ¿Ya sabes quién lo puede vender? ¿Porqué no inicias vendiéndolo a unos cuantos, durante unos meses, para ver como responde la gente?

Activos iniciales:

Activos tangibles:

•¿Tienes ahorros? Úsalos.

•¿Tienes coche? Ya no, desde ahora se llama Equipo de Transporte y Distribución.

•¿Tienes casa? Ya no, ahora se llama Corporativo.

•¿Tienes amigos que le quieren entrar a tu negocio? Ya no, ahora se llaman socios.

•¿Tienes tarjeta de crédito? Úsala, pero con cuidado, es muy cara.

•¿Tienes trabajo actual? Podrías seguir trabajando mientras que le dedicas tiempo completo a tu empresa nueva. Ten cuidado de quedar mal en ambos lados.

•¿Vives con tus padres? Aprovecha, porque eso significa que no te tienes que preocupar por mantener los gastos de una casa.

Activos intangibles:

•¿Tienes profesores que te pueden ayudar? Ya no, ahora se llaman asesores profesionales.

•¿Tienes hermanos, familiares o amigos especialistas en contabilidad, leyes, industria? Ya no, ahora son proveedores de servicios (outsourcing).

•¿Conoces a los proveedores? Pídeles que te dejen pagarles en 60 o 90 días. Eso es financiamiento.

•¿Conoces a los distribuidores de tu producto o servicio? Haz una alianza estratégica con ellos, de manera que se conviertan en socios de tu empresa y no te cobren al inicio.

•¿Conoces clientes potenciales importantes? Pídeles una entrevista y consigue cartas de intención de compra. Eso vale mucho.

•¿Eres alumno de una universidad con incubadora? Acude con ellos, que te pueden aportar recursos importantes.

Esta lista no es exhaustiva, pero puede ayudarte a identificar algunas de las acciones que puedes tomar para iniciar tu empresa.

Fernando Fabre
Emprendedores

miércoles, 21 de mayo de 2008

Y tú puedes emprender

Cuando se pregunta a los estudiantes sobre qué salidas profesionales escogerán, muchos contestan que montarían su propia empresa si pudieran. La mayoría de las personas considera que ser emprendedor tiene demasiadas barreras: financiación, falta de ideas, pocos apoyos, formación inadecuada, resistencias familiares. El catálogo de excusas para no echar a andar es bastante amplio. Vamos a analizar si realmente es tan inalcanzable montar un negocio.

Calculemos primero cuántas personas lo han logrado hasta ahora. No es fácil saber cuántos emprendedores hay en España. Ninguna entidad pública ni privada se ha planteado hasta ahora el esfuerzo de contarlos. La dificultad es mayor si tenemos en cuenta que el término, aunque es muy utilizado, no tiene un significado aceptado por todos. Si consideramos emprendedor a quien crea y desarrolla un negocio independiente, con o sin empleados, podemos estar hablando de cerca de cuatro millones de personas en nuestro país. Alrededor de un 10% de la población. Vamos a apretar más: cuatro millones de personas significa que no tiene jefe ¡uno de cada cinco españoles que trabajan!

Según muchos, conseguir financiación es la principal causa de aborto empresarial. En realidad es una barrera, pero no una causa de fracaso: todavía es difícil encontrar dinero para crear una empresa, aunque muchas de las compañías creadas en España son pequeñas y de servicios, lo que implica un menor desembolso. La mayoría de las empresas se crea con menos de 30.000 euros de inversión (no parece tanto). El capital social mínimo es de 3.000 euros, menos que el gasto medio de las familias españolas en celebrar una primera comunión...

La falta de conocimientos es en realidad la primera causa de fracaso en las empresas que sí llegan a crearse. Es una barrera mucho más fácil de saltar de lo que se suele suponer. Un emprendedor me lo contaba hace poco: "Para conseguir los conocimientos que no tengo en vez de estudiar, lo que hago es comprarlos". Se refería a contratar a personas que sí tienen el conocimiento y/o la experiencia requerida. Buena solución, ¿verdad?

¿Apoyo institucional? Algunas personas plantean que no montan su empresa por no tener apoyo suficiente de las instituciones o que le frenan las trabas administrativas. Parece una broma, ¿Qué emprendedor auténtico se atasca en el papeleo? ¿Qué posibilidades de supervivencia tendría este individuo? Por cierto, las instituciones públicas están haciendo un gran esfuerzo (y con buenos resultados) en apoyar a los emprendedores con algo más útil que el dinero: formación, tutelaje y asesoramiento.

Respecto a la idea de negocio, realmente, hay que derrumbar el falso mito de que es imprescindible una idea original, propia y rompedora para tener éxito. Los más avispados emprendedores triunfan por introducir mejoras a productos y servicios ya existentes: porque los adaptan a un público mal cubierto, porque los llevan a donde no están todavía o porque cubren mejor alguna necesidad concreta.

En El libro negro del emprendedor, Fernando Trias de Bes plantea las diferencias entre motivos para emprender (ser tu propio jefe, desarrollar un proyecto, independencia, haberte quedado en paro) y la motivación. Creo que este es el punto verdaderamente decisivo para ser emprendedor. Emprender no es un camino fácil, ni mucho menos, y por ese motivo es necesario que la persona sea perseverante, que tenga ilusión en el proyecto y que, al mismo tiempo, tenga los pies en el suelo para dirigir su proyecto. Estas tres condiciones no son innatas. Se pueden adquirir, desarrollar o pueden surgir solas a lo largo de nuestra vida. Creo que cualquier persona que se lo proponga de verdad puede ser emprendedor.

Pero que tenga clara una cosa: emprender no es una salida profesional. Es una opción vital: condiciona de un modo integral la vida personal y familiar de quien se lanza. Y debe ser un cambio de vida muy estimulante: en los diez años que llevamos editando la revista Emprendedores, nos ha costado muchísimo encontrar una persona que, aunque le haya ido mal, diga que se arrepiente de haber emprendido. Algo tendrá.


Alejandro Vesga
Director de la Revista Emprendedores
Conferencista de Thinkign Heads
www.thinkingheads.com

sábado, 17 de mayo de 2008

Reportaje a Alejandro Mashad, titular de Endeavor Argentina

El titular de Endeavor Argentina habla del "ecosistema emprendedor" local y de las razones por las que el país figura en el top 10 de este tipo de negocios. Las barreras de acceso al capital y el entrepeneurship en el interior.

Suele decirse que el ejemplo es la mejor forma de convencer y educar. Desde 1998, Endeavor Argentina selecciona y apoya a emprendedores fomentando la creación de nuevas empresas, mediante un programa que busca eliminar las barreras que existen para el acceso al capital, la información y las redes de contactos. Como parte de una organización internacional sin fines de lucro –que tiene presencia en 11 países y sede en Nueva York–, la oficina local ya cuenta con más de 70 empresas seleccionadas en su porfolio. Por ejemplo, Mercado Libre, Globant, Officenet y Cardón, entre otras. "Hoy, la aceptación de los emprendedores como un grupo social valioso está mucho más claro que hace diez años. En el interior aún no es tan así, pero ha habido un largo camino de generación de esa cultura con el que hemos colaborado", explica Alejandro Mashad, director ejecutivo de Endeavor Argentina. El ejecutivo sostiene que en Buenos Aires se logró crear "un ecosistema emprendedor que apoya a la gente que quiere empezar empresas". Y afirma que en el interior "está todo por hacerse. Nuestro objetivo es que dentro de tres o cuatro años haya un 30% de emprendedores del interior pasando por el proceso de selección".

Fortuna: ¿Cómo ha ido cambiando la cultura emprendedora en la Argentina en los últimos diez años?
Mashad: Potencialmente, la Argentina es un país emprendedor. El informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor), que se hace en el IAE, compara la actividad emprendedora en los países más serios del mundo. Y la Argentina está en el top 10. Para esa medición se usa la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA), que es variable y tiene dos componentes: los emprendedores por oportunidad y necesidad. Estos últimos son aquellos que se quedan sin trabajo y tienen que, por ejemplo, abrir un quiosco para vivir. En la Argentina, tenemos barreras de acceso al capital, a redes de contacto y a la información. Pero hay un contexto general en el que la cultura emprendedora, es decir, la aceptación de los emprendedores como un grupo social valioso está mucho más clara hoy que hace diez años. En el interior no es tan así, pero ha habido un largo camino de generación de esa cultura con el que hemos colaborado.

Fortuna: Mencionaba que una de las principales trabas para los emprendedores es el acceso al capital. ¿Cuánto afecta esta situación al surgimiento de nuevos proyectos?
Mashad: El tema del capital suele mencionarse como el más importante a la hora de empezar un proyecto. Pero es algo tan importante como tener una buena red de apoyo. En este sentido, en la Argentina también hubo un cambio importante en los últimos tres años. Desde 2006 empezó a resurgir gente interesada en invertir en nuevas oportunidades de negocios. La industria del capital de riesgo está evolucionando favorablemente y hay distintas instituciones que canalizan este capital emprendedor. Hay clubes de business angels que invierten en los primeros estadios de una empresa. Después vienen los fondos de capital de riesgo. A nivel local ya hay unos cinco fondos que evalúan proyectos y deciden invertir ese dinero.

Fortuna: ¿Qué características diferencian a alguien con perfil emprendedor?
Mashad: Es aquel que persigue oportunidades, es un buscador nato que comienza a desarrollar una idea sin tener todos los recursos disponibles. El emprendedor nunca tiene todo lo necesario para empezar, va consiguiendo recursos a medida que avanza. Si bien es un hacedor nato, el mejor es el que hace pero planifica los pasos clave. También tiene lo que llamamos la mentalidad de opciones: se caracteriza por no ser demasiado estructurado.

Fortuna: ¿El sistema educativo nacional aporta a la cultura emprendedora?
Mashad: Las universidades no fomentan el perfil emprendedor. En general, son más formadoras de gerentes o de técnicos que de emprendedores. De todas maneras hay signos de cambio importantes, como la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El ministro Lino Barañao tiene una visión que desafía la cultura establecida de los últimos 50 años de la ciencia en la Argentina en donde el científico estaba obligado a estar con tubos de ensayo y escribir papers y la visión de la empresa era negativa. Hoy la innovación es una ventaja competitiva de los países centrales.

Fortuna: ¿Cuál es el impacto de los nuevos emprendimientos en la economía?
Mashad: La mejor forma de ver esto es a través de dos ejemplos. El primero es el de Globant: hace cuatro años eran cuatro y hoy son 700. En este caso, el impacto en generación de puestos de trabajo y riqueza es increíble. En innovación también porque hay muchos desarrollos de tecnologías que se hacen acá. Además, tiene un efecto global: el mundo empieza a ver a la Argentina en sectores no tradicionales. Otro ejemplo, en este caso un país, es Irlanda. Hasta hace 15 años era un país de cola en Europa y hoy es una nación motorizada por nuevas empresas que surgieron a partir de una estrategia conjunta del gobierno, universidades y el sector privado.

Fortuna: Las nuevas tecnologías son otro punto que impactan positivamente en el segmento emprendedor…
Mashad: La tecnología siempre es base de nuevas ideas. Es un sector donde la innovación es quizás mayor que en otros sectores más tradicionales. Entonces, es fuente generadora de nuevas empresas y lo va a seguir siendo no sólo en la Argentina sino en el mundo. Después de la caída de las puntocom, y de la crisis del país, surgieron oportunidades a nivel local con empresas de tecnología que venden servicios. La competitividad del tipo de cambio hizo que una hora de un cerebro argentino pagada en pesos se pudiera vender en dólares afuera.

Fortuna: ¿Cuál es el balance de estos 10 años de Endeavor Argentina?
Mashad: Esta oficina fue la primera que funcionó de la red global. Fue pionera en probar que el modelo funcionaba y en exportar un know how que después se replicó en once oficinas más en el mundo. Y a nivel local, fue la primera organización que empezó a hablar de la importancia de los emprendedores como una fuente de generación de valor para el país. Detrás vinieron un conjunto de organizaciones que hoy llamamos el ecosistema emprendedor. Hoy Endeavor tiene dos grandes dimensiones. La histórica, que es la selección de apoyo a emprendedores, que llamamos apoyo enfocado, y otra que denominamos apoyo masivo. El primero es el modelo con el que Endeavor empezó, el corazón de la actividad: la selección y apoyo a emprendedores de alto impacto, que son aquellos que empiezan negocios viendo una oportunidad, que piensan en grande. Son los que inician negocios que tienen gran potencial y son esos negocios los que producen los cambios o los saltos cuánticos en la generación de trabajo, de riqueza, innovación y cambio en el tejido productivo. Mientras más emprendedores de este estilo haya en el país, mejor va a ser para el desarrollo de la Argentina.

Fortuna: ¿Cómo funciona el concepto de apoyo masivo?
Mashad: Hace tres años, cuando ya el modelo de apoyo enfocado estaba funcionando bien y había un portfolio interesante de emprendedores elegidos, sentimos que queríamos que nuestro impacto en la Argentina fuera más grande. Así, se generó esta dimensión masiva en donde hay tres objetivos clave: inspirar, capacitar e influir. A través de este programa muchos se dan cuenta de que son emprendedores, que tienen el potencial pero no se animan porque todavía socialmente no hay una aceptación del camino de emprender. Estamos trabajando mucho en el interior porque allí está todo por hacer. El objetivo es que dentro de tres o cuatro años haya un 30% de emprendedores del interior pasando por el proceso de selección y que estos sean líderes locales.

Fortuna: ¿Cuáles son las perspectivas que tienen en Endeavor respeto al futuro del entrepeneurship en el país?
Mashad: Somos siempre optimistas porque creemos que vamos a seguir cambiando cosas en el sentido positivo porque es un camino de no retorno. El cambio más grande puede venir del interior del país para extender la influencia que Endeavor tiene en Buenos Aires a las principales ciudades del interior y tener dentro de diez años un país que reconozca el valor de los emprendedores como un motor de desarrollo y que un tipo que quiera emprender encuentre la primera ayuda para no estar solo en este camino.

Guillermo Gammacurta
Revista Fortuna (Editorial Perfil)

lunes, 12 de mayo de 2008

Cómo hacer de una gran idea un gran negocio

La utilidad y potencial de un producto no siempre se traducen en ganancias. Las claves para que un buen invento se convierta en una empresa rentable.

Son muy pocos los que logran el sueño de vivir de un invento propio, aunque tanto en la Argentina como en el mundo, son miles los que lo intentan. La gran diferencia entre el éxito y el fracaso, según quienes ya pasaron por la experiencia, no la hacen los inventos en sí, sino la capacidad que se tenga para pasar de inventor a empresario y saber también "inventarse" un adecuado "plan de negocios".

Datos de la Cámara Argentina de Inventores Profesionales señalan que en el país existen alrededor de 3.000 inventores, de los cuales sólo unos 150 son creadores de PyMES o tecno-emprendedores, es decir un 5% del total. Sin embargo, la Argentina está ubicado en el puesto número 14 a nivel mundial de lo que se denomina "coeficiente de inventiva", que es un índice que se obtiene de la cantidad de patentes nacionales por cada 10.000 habitantes. De acuerdo con los datos de la Administración Nacional de Patentes del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, en el país se otorgaron 3.208 patentes industriales en 2006 y 2.897 en el año 2007, en ambos casos la proporción de patentes nacionales representa el 20%, y las llegadas desde el exterior el 80%. Aunque parezca baja, esta proporción "es la mayor en Iberoamérica", según advierte Eduardo Fernández, presidente de la Cámara Argentina de Inventores Profesionales.

Fernández asegura que sólo el 1% de los inventores argentinos llega a desarrollar su creación y a establecer una empresa para explotarla. Basado en su propia experiencia, Fernández explicó de manera simplificada los pasos que inventor debe dar para sacarle provecho a su creación. "Los inventores que tienen alguna oportunidad de crear una empresa a partir de su invento son los que no sólo se concentran en la parte técnica de su invento, sino que además trabajan mucho en los aspectos legales (marcas y patentes de invención), y los aspectos económicos, financieros y de gestión. Todo eso se debe traducir y volcarse en un plan de negocio, y luego se comenzar la búsqueda de inversores para el start up", apunta.

PENSAR COMO EMPRESARIO
Quiénes han tenido éxito en esto de vivir de un invento, coinciden en que la clave está en tener claros los criterios empresariales. Ricardo Maclen inventó hace doce años una "máquina emblistadora" que sirve para envasar comprimidos y cápsulas medicinales en blisters, con la novedad de que su equipo se adapta a pequeñas escalas de producción, es decir que sirve tanto a pequeños laboratorios para medicina humana o veterinaria, como a hospitales y farmacias.

"He observado que muchos inventores consideran que su tarea concluye cuando tienen un prototipo que funciona y comienzan el trámite de patente. Creen que de allí en más es asunto de un inversor que el producto llegue al mercado. Según mi criterio, eso es sólo el comienzo, hay que hacer un plan de negocios y continuar avanzando hasta lograr el verdadero objetivo, que es generar ingresos. Si el inventor no puede hacerlo solo, conviene asociarse", resalta el inventor.

La experiencia de Luis Pittau y Mirta Fasci habla, por su parte, de la necesidad de encontrar un "interlocutor adecuado para desarrollar el invento", según comenta el propio Pittau. Estos inventores crearon el que es hoy el envase más premiado del mundo por lo que representa para el cuidado del medio ambiente. Se trata de una botella de plástico que puede ensamblarse con otras de sus similares y ser utilizada para construir desde bancos y bibliotecas hasta revestimientos y paredes. Cuando Pittau habla de hallar un "interlocutor", no se refiere precisamente a un socio financista. "Me refiero a un sector, a un segmento industrial o al mismo Estado como destinatarios de ese invento que vendría a dar una solución a una necesidad, o a mejorar las soluciones que ya existen", explica.

Los objetos, máquinas o artefactos que se inventan en el país, pese a que en su gran mayoría corresponden a creaciones de "baja o media tecnología", son los productos con mayor valor agregado que puede explotar la Argentina. Y para pasar del prototipo a la producción real, la inversión inicial va desde los u$s 100.000 hasta los u$s 300.000. Estas cifras hacen obvia la necesidad de planes de financiación y asistencia para los inventores.

Tener que "remar contra la corriente", es el denominador común en la experiencia de quienes explotan su invento. "A veces uno escucha los discursos donde se anuncian estímulos o créditos blandos y cuando uno quiere inscribirse no existen. Por eso, creo que hay que remar contra la corriente, planear y confiar en los propios recursos, desarrollar la creatividad , no perder el entusiasmo, tomar el camino como un desafío, trabajar en equipo, ayudar a los que vienen atrás , y ser consciente de que el mejor modo de que las cosas cambien es producir los cambios nosotros mismos", advierte Pittau.

En definitiva, los inventores que alcanzan el éxito son los que también se inventan el negocio. El talento de los creadores argentinos que han tenido éxito fue complementado con capacidad estratégica, visión de mercado y formación de criterios empresariales. Una vez hecho el invento, los inventores exitosos se rediseñaron a sí mismo y se convirtieron en empresarios.

Kristian González Boscán
Revista Fortuna

jueves, 8 de mayo de 2008

Robert Kiyosaki: entrevista

El autor del best seller “Padre rico, padre pobre” es hijo de un director de escuela que lo formó en la austeridad y el esfuerzo, pero tuvo también un papá “postizo” mucho menos educado que, sin embargo, supo enseñarle cómo ganar dinero.

La entrevista con Robert Kiyosaki –autor del best seller internacional Padre rico, padre pobre (Aguilar)– debe interrumpirse en la mitad de una respuesta.

"Tengo a Donald Trump en mi celular –explica, afligido–. Ya somos amigos, pero no tengo aún tanta confianza como para pedirle que me llame después; me disculpas, ¿no?"

La honestidad de Kiyosaki tiene algo de conmovedora. Aún cuando sabe que las cosas que dice pueden chocar ("hay que pagarse primero a uno y después a sus empleados", "estudia, trabaja y ahorra es un mal consejo" "hay que pagar los impuestos a último momento", "soy millonario y tengo una mujer bellísima, ¿qué más puedo pedir?), al menos está claro que no inventa ninguna pose seudoespiritual. Para él, la felicidad está en lo material, y su receta podrá no ser para todos, pero quien quiera ser rico cueste lo que cueste posiblemente haga bien en escucharlo. Después de todo, es lo que millones de personas en todo el mundo están haciendo a partir de sus libros, conferencias, cursos y videos.

Robert Kiyosaki nació en Hawai, en una familia de origen japonés que emigró a EE.UU. Su padre biológico, un hombre altamente educado que luego de completar su doctorado, llegó a ser director de escuelas de Hawai y le dio siempre los consejos tradicionales para la vida. Básicamente. "Ve a la escuela y esfuérzate, trabaja duro y ahorra."

Pero según Kiyosaki esto no es lo que los padres ricos enseñan a sus hijos –y él lo sabe porque tuvo la suerte de tener, además, un segundo padre que le enseñó lo contrario.

Este padre postizo, en realidad el papá de un amigo de la escuela que lo tomó bajo sus alas, ni terminó la secundaria, pero lo entrenó en temas de dinero. Y mientras su "papá educado" murió pobre y amargado, su "papá rico" vivió como el millonario más poderoso de las islas, feliz y dejando una herencia importante a su familia y a distintas instituciones de caridad.

En un alto en su gira de conferencias junto al magnate de la construcción Donald Trump por distintos puntos de EE.UU. –con quien publicará un libro este fin de año– Kiyosaki dialogó con La Nacion sobre sus mensajes para los ricos del mañana.

–¿Que tiene de malo estudiar, trabajar y ahorrar?
–Que los padres ricos no enseñan a sus hijos a pensar así. No les dicen que trabajen para ganar dinero, sino que hagan que el dinero trabaje para ellos. En vez de ahorrar, hay que invertir fundando compañías, en la bolsa o bienes raíces para multiplicar el dinero. No poner todas las ganancias en una casa o un auto para uso propio, como hacen los pobres y la clase media, sino hacer que ese dinero rinda frutos, y recién con las ganancias quizá comprarse algo. Y después, en la escuela, la idea que te meten en la cabeza (lo mismo que en el trabajo) es la especialización: para ganar más dinero o recibir una promoción hace falta, dicen, ser muy bueno en algo específico. Mi papá pobre pensaba así y estaba feliz cuando consiguió su doctorado. Mi padre rico me presionó para hacer exactamente lo contrario. "Hay que saber un poquito de muchas cosas", dijo, porque sino eventualmente serás estafado por algún lado. Por eso, por muchos años, trabajé en distintas áreas de sus compañías: fui desde obrero de la construcción hasta miembro del directorio y aprendí los problemas, las ambiciones y también el dialecto de cada esfera.

–¿Y no está mal "pagarse a uno mismo antes que al Estado o a sus empleados", como le aconsejó su padre rico?
–No digo no pagar, pero mira esta diferencia: mi padre pobre pagaba a sus empleados, acreedores y al fisco el primero de cada mes, y luego se pagaba a sí mismo con lo que quedaba, que en general no era nada. Mi padre rico se pagaba a sí mismo ante todo. Si no tenía dinero suficiente para pagarse a él y a los demás después, igual empezaba por pagarse a sí mismo, lo usaba como motivación. Como sabía que si no les pagaba, el fisco y sus acreedores iban a venir tras él con furia, usaba el temor que eso le daba para ejercitar el cerebro. Lo obligaba a inventar nuevos negocios, a trabajar más duro, invertir en la bolsa, quedarse horas extras… Si se hubiese pagado a él mismo al final, como mi papá pobre, no habría tenido presiones, pero habría quebrado.

–¿Qué es lo más importante para triunfar en el mundo de los negocios?
–Saber de ventas y de marketing. Es la habilidad de vender –de comunicarse de manera efectiva con otros, un cliente, empleado, jefe, mujer o hijo– la base del éxito personal. Hay que saber hablar, escribir y negociar, por eso soy un entusiasta de los cursos y libros que enseñan sobre el tema, aunque sea tan fácil mirarlos despectivamente. Cierta vez, de gira por Singapur, una joven reportera me dijo que su sueño era ser autora de best-sellers como yo. Tenía la pasta: sus artículos eran duros y claros, llenos de ideas originales. Pero me dijo que ninguna editorial compraba su proyecto. Entonces yo le dije que abandonase por un tiempo el diario, se pusiese a trabajar en una agencia de publicidad y se anotase en un curso para ser buen vendedor. Quedó horrorizada. Dijo que ella nunca se rebajaría a eso, que era una escritora, una intelectual, no una vendedora de zapatos. Sin embargo, de esa manera hubiese aprendido a comunicarse con las frases cortas que captan la atención de los editores y se hubiese entrenado en relaciones públicas, una destreza fundamental. Y por la noche, o los fines de semana, podría haber trabajado en su gran novela. No lo hizo, y que yo sepa su libro nunca se publicó.

–¿El talento no basta?
–Una vez le pregunté a un grupo de alumnos quién sabía hacer una hamburguesa más rica que la de McDonald’s. Casi todos levantaron la mano. Bueno, si hacer una buena hamburguesa es un talento, ¡el mundo está lleno de gente talentosa! Pero muchas veces los talentosos son pobres y tienen problemas económicos no por lo que saben, sino por lo que no saben. Se concentran en hacer la mejor hamburguesa –o el mejor libro, como la periodista de Singapur– en vez de en vender y distribuir el producto. Mc Donald’s puede no cocinar la mejor hamburguesa, pero es insuperable en vender y distribuir la hamburguesa básica.

–¿Cómo vender bien un libro?
–Con un buen título. Cuando saqué mi primer libro, "Si quiere ser rico y feliz no vaya a la escuela", un editor me sugirió que titulara "La economía de la educación". Yo le respondí que con ese nombre iba a vender dos libros: uno a mi familia y uno a mi mejor amigo. ¡Y encima no les iba a poder cobrar! El título "Si quiere ser rico y feliz no vaya a la escuela" puede ser pedante y desagradable, pero yo sabía que me iba a conseguir toneladas de publicidad.

–¿Qué es lo más difícil de manejar en una compañía?
–De joven me anoté en la marina. Mi papá pobre creyó en lo que le dije: que quería aprender a volar. La realidad la sabía mi papá rico: quería aprender a liderar tropas, porque él siempre decía que lo más difícil de una compañía es manejar a la gente.

–OK, he decidido ser rico: ¿qué hago?
–Cuando era pequeño mi padre rico me dijo: "Empieza por dejar de ser un analfabeto financiero". Así que recomiendo aprender sobre el tema. Luego, nunca nadie será realmente rico como empleado. A veces conviene mantener el trabajo que uno tiene, al menos al principio, pero ir poniendo el dinero que se gana a trabajar para nosotros. Y cuando haya que dar el gran salto, la gente inteligente es la que contrata gente más inteligente que ella para trabajar. Siempre me sorprende que se deje un 10 o 15 por ciento de propina en un restaurante aún cuando le sirvieron pésimo y en cambio no se quiera pagar un buen profesional que lo asesore.

–¿Y si sus lecciones no evitan perder?
–¿Sabes dónde perdí mucha, mucha plata? ¡En la Argentina! Con una empresa que buscaba petróleo en Córdoba, que no funcionó. Igual, me divertí, y eso es lo fundamental. La mayor parte de la gente nunca gana porque tiene miedo de perder. Eso es lo que me parece, también, tan tonto de la escuela. En el aula nos enseñan que los errores son algo malo. Y los ganadores no tienen miedo a perder. Ese es su mayor secreto. Odian perder, pero no temen perder, que es algo muy distinto. La gente que evita el fracaso también evita el éxito. Además, hay que empezar temprano. Mi papá rico decía que lo mejor es fundirse por primera vez antes de los 30 años, así uno tiene tiempo de recuperarse.

–Si tuviese que dejarnos una sola enseñanza, ¿cuál sería?
–Mi padre rico, cuando estaba en las malas, igual daba a la iglesia o a su institución de caridad favorita. Si pudiese transmitir una sola idea, sería ésa. Cuando uno está corto de dinero, o siente la necesidad de algo, lo mejor es dárselo a los demás y volverá a uno en caudales. Esto es verdad para el dinero, pero también para la amistad y el amor. Creo mucho en el principio de reciprocidad. Yo quiero dinero, así que doy dinero y el dinero vuelve a mí multiplicado. Así funciona todo. El mundo es un espejo de nosotros mismos.

–¿Volverá a la Argentina?
–¡Claro! Quiero conocer un poco más el país. Cuando fui era exclusivamente por trabajo y no la recorrí. En la Argentina no hice buenos negocios, pero es todo parte del juego y volveré con una sonrisa.

Juana Libedinsky
Revista La Nación
Domingo 23 de julio de 2006

Nota de Emprendedor Virtual: el libro al que hace mención este reportaje tiene como titulo: Queremos que seas rico y fue escrito en co-autoría con Donald Trump

Sinopsis
Los autores dan respuestas a las preguntas que todo emprendedor se hace:
  • Cómo volverse rico.
  • Cómo invertir para ganar.
  • Cuáles son las ventajas de los inversionistas que los que ahorran no poseen.
  • Cómo elegir el campo de inversión apropiado
ISBN: 9789870409403
Editorial: Aguilar
PRECIO $ 49,00.- / U$S 15,63.- / € 10,08.-


domingo, 4 de mayo de 2008

El aspecto personal de emprender

Quizá lo primero que deba hacer un emprendedor antes de nada es plantearse el porqué de iniciar una aventura empresarial.

Lógicamente cada emprendedor es un mundo y cada iniciativa también, pero es ideal que haya un denominador común en todos, que se emprendapor vocación, que la creación de la empresa sea la oportunidad de hacer lo que siempre se ha querido hacer y trabajar en lo que a uno le gusta. La ilusión debe ser la base de todo proyecto de creación de empresa.

Esa ilusión no debe ser menospreciada pues será la que, en los momentos difíciles nos mantendrá en el camino y nos permitirá superar los momentos duros sin perder el norte.

Mucha gente piensa en montar algo por su cuenta porque no le queda otro remedio y el autoempleo es la única salida, pues bien, incluso en esa situación no se debe menospreciar la oportunidad de emprender en algo que a uno realmente le guste y le llene.

Se debe siempre realizar un esfuerzo para convertir la necesidad en oportunidad, sin la ilusión pronto aparecerá la decepción y el desánimo en cuanto vengan los tiempos duros. En esos tiempos pensar y reflexionar sobre el verdadero sentido de emprender, que es crear y hacer crecer algo propio que no sólo sea fuente de ingresos si no también de satisfacción personal, proporcionará la fuerza para superar los posibles baches del camino. Cambie siempre la perspectiva y vea emprender como una magnífica manera de empezar una nueva vida. No subestime lo anteriormente dicho o estará cometiendo un error imperdonable, la ilusión es proporcional a la solidez de la base de una futura empresa y a su resistencia cuando el viento sople en contra.

Antes de proseguir es necesario realizar alguna consideración previa más. Tenga en cuenta lo siguiente, es una de las pocas verdades absolutas del mundo de la empresa. “No hay una fórmula mágica del éxito”. Las acciones y elecciones se deben tomar siempre tras un análisis de la situación individual, si no es así, se comienza mal a caminar. Igualmente, toda empresa empieza y acaba en las personas, el elemento personal es esencial y por ello el emprendedor debe reunir una serie de características que, si bien no pueden garantizar el éxito, sí que ayudan a ir en la dirección correcta.

Un buen emprendedor se debe caracterizar por:
  • Una ilusión a prueba de todo.
  • El entusiasmo, la motivación, etc. serán los mejores aliados en los primeros pasos.
  • Una confianza inquebrantable.
Eso implica afrontar con ánimo las épocas menos buenas y ser conscientes de que nada duradero se consigue en unos pocos días.

Optimismo
Siempre hay un lado mejor por el que mirar las cosas lo cual no significa que se caiga en la autoindulgencia o se sea ciego o inconsciente ante los problemas.

Ser activo y querer aprender
Se debe conocer lo que se hace y esforzarse por aprender lo que no sepamos. El emprendedor, por definición, es una persona inquieta y debe demostrarlo de la mejor manera, con acción. Acción para salir a vender, acción para tomar riesgos y ser audaz. Igualmente el conocimiento es indispensable, nunca está de más, se debe aprender todo lo que se pueda sobre esos aspectos que rigen el mundo de la empresa (gestión, un poco de marketing, ventas, etc.)

Ser paciente. La paciencia debe ser una aliada
El emprendedor debe concienciarse de que crear y hacer crecer algo es un tema de plazos y que estos suelen ser largos, las historias de éxito en poco tiempo o sin esfuerzo pueden existir, pero son la excepción a la regla y no el patrón general. Es necesario para el emprendedor cultivar en lo posible esas cualidades, no todos los que las poseen necesariamente alcanzan el éxito empresarial pero sí es cierto que los que lo han alcanzado sí son todos así. Al final cuando se le pregunta a un empresario exitosos qué destacaría de todo lo que le ha llevado hasta donde está, suele pensar en las características personales, en la capacidad de afrontar las dificultades, de no temer los desafíos, de arriesgar y de nadar y saber guardar la ropa. Inversión o asesoramiento se puede conseguir por todos, pero las personas de la empresa marcan muchas veces la diferencia, son el activo más importante.

Miguel Garces
http://espanol.business-opportunities.biz

jueves, 1 de mayo de 2008

¡Pilas! con los errores para comenzar una empresa

No empezar es la falla principal. También, la obsesión con la innovación y ser demasiado optimistas con la idea de negocio actúan en contra del emprendedor. Recomendaciones.

Nadie es infalible de cometer errores, pero lo importante es aprender de ellos. Los que comenten los emprendedores ya están identificados, y no sobra tenerlos presentes para no repetirlos.

Los conocedores del tema señalan que algunas de las equivocaciones más frecuentes entre quienes se suman al mundo del emprendimiento están: no empezar, considerar que no hay competencia, no formar buenos equipos y no tener presentes los aspectos legales.

Según Carlos Andrés Vanegas Torres, encargado del management (dirección) en una empresa de Bogotá, el más perjudicial de todos es no comenzar. “Un error típico es sentarse a pensar y no tener el coraje de arrancar. La vida empresarial se hace en la calle, no es con presentaciones en power point” , comentó.

Otro factor que según Vanegas Torres también afecta a los emprendedores es el afán por hacer algo muy innovador. “La gente no se percata de velar porque sus innovaciones tengan mercado. Muchas veces las grandes novedades nacen después de haber hecho algo normal durante un tiempo”, destacó.

No olvidarse del plan de negocio
Francina Echeverri Gallego, Directora de la Unidad de Emprendimiento de la Universidad Autónoma de Manizales, otra falla frecuente es documentarse o investigar poco, antes de desarrollar la idea de negocio (descripción general que permite resolver las dudas elementales sobre lo que se quiere hacer).

Si la idea de negocio tiene debilidades, lo mismo ocurrirá con el plan de negocio, que es un documento más amplio y representa la guía para poner en marcha la empresa. Además, es determinante para obtener apoyo financiero, atraer socios, e incluso para que cuando el negocio abra sus puertas funcione de manera organizada.

Lo mínimo que debe tener ese plan es un estudio de mercado, que en esencia muestra los clientes potenciales del producto o servicio que se ofrecerá.

Quienes se desenvuelven en el mundo del emprendimiento consideran que además debe llevar un análisis del entorno, un estudio financiero y una evaluación de la competencia (ver recuadro Qué debe tener un plan de negocios ).

Recoger esta información puede parece algo complejo, pero no es tan complicado como parece, destacó Echeverri Gallego.

“Hacer un plan de negocio ni es fácil ni es corto; puede ser sencillo, pero es de trabajo. Lo que no se gaste haciendo este documento, se gastará después en la vida real”, expresó.

En este punto unas de las mayores fuentes de colaboración son las diferentes entidades que ofrecen asesoría y apoyo al emprendimiento, desde las universidades, el sector público o la industria.

Exceso de optimismo y de pesimismo
Otro “pecado” que cometen los emprendedores es ser excesivamente positivos al desarrollar su idea, dejando a un lado el realismo. Incluso eso los lleva a rechazar las asesorías o recomendaciones para encaminar el proceso por el buen camino.

Sin embargo, también se presenta el lado opuesto, que es subvalorar esa idea, comentó Tatiana León Gómez, Directora del concurso Ventures para emprendedores, organizado por la Revista Dinero. “Los emprendedores a veces creen que su idea no es suficientemente buena, y no le dan el valor que podría tener”, añadió.

También es típico y errado pensar que hacer empresa es algo de medio tiempo. “Esto no quiere decir que indispensablemente hay que dedicar todo el día, pero muchas veces es necesario invertir más tiempo. Igual, cuando se está comenzando el esfuerzo tiene que ser mayor, porque hay que convencer”, añadió León Gómez.

Encontrar el éxito en el emprendimiento no es fácil, pero tener presente lo que no se debe hacer impedirá que se pierda tiempo y esfuerzo.

Los errores más frecuentes
El artículo “Los errores típicos de un emprendedor”, de Carlos Andrés Vanegas Torres, conocedor del tema de management (dirección), establece que las fallas más comunes de los emprendedores son:

* No empezar: entre más preparado esté el emprendedor antes de montar la empresa, mejor.

* Pensar que no hay competencia: es difícil argumentar ventajas competitivas pensando en ser el primer jugador.

* No formar buenos equipos: una de las equivocaciones más frecuentes es pensar que se puede hacer todo solo, por temor a compartir conocimientos o por el amor por las empresas.

* Pensar que hacer empresa es una actividad de medio tiempo: creer que se puede hacer empresa mientras se tienen otras ocupaciones es una mala estrategia.

* No tener presentes los aspectos legales: los emprendedores tienden a conocer hasta los mínimos detalles en aspectos operacionales del negocio, pero olvidan su estructura legal.

* Crecer más rápido de lo posible: crecer sin medida causa más fracasos empresariales de los que se piensa. Las empresas se construyen poco a poco, y con foco.

* Exceso de optimismo: debe haber mucho ánimo; sin embargo, la queja de los inversionistas en el mundo es que a los emprendedores les falta realismo en sus proyecciones.

* Incapacidad de afrontar el cambio: a medida que las compañías evolucionan las estrategias se deben ir acoplando a los nuevos requerimientos.

* Falta de conocimiento de sí mismo: antes de montar una empresa hay que preguntarse ¿tengo claridad en mis metas?, ¿estoy pensando en la estrategia correcta?, ¿puedo ejecutarla?

* No ponerse en los zapatos de los inversionistas: un emprendedor debe estar dispuesto a ceder participación.

*¿Qué debe tener un plan de negocios?
1) Estudio de mercado : identificar los clientes potenciales de la empresa que se quiere formar.

2) Estudio de entorno: establecer en qué sector voy a trabajar y cómo funciona; esto ayuda a determinar qué tan vulnerable es el campo elegido.

3) Capítulo sobre el producto: descripción detallada de lo que se hace y cómo se hará.

4) Estudio financiero : determinar qué inversión se necesita, qué capital de trabajo, costos, gastos e ingresos.

5) Estudio de competencia: identificar quiénes son los competidores directos, qué hacen, a cuánto lo venden, etc.

6) Estudio administrativo : determinar, por ejemplo, cuántos empleados se necesitan y los costos de personal.

7) Desarrollo de la estrategia: es la definición de cómo funcionará la empresa, con qué plan de mercadeo o qué innovación generará.


Marcela Restrepo
Redactora/LA PATRIA
Manizales - Caldas - Colombia
http://www.lapatria.com/