martes, 27 de julio de 2010

¿Cuál es el momento correcto para buscar capital?


Hay una anécdota bastante famosa que se le atribuye (yo creo que erróneamente) a Bill Gates. La historia dice que alguien le preguntó sobre el momento ideal para comprar una computadora, dado el continuo descenso en los precios y el hecho de que siempre esperando un poquito más se puede comprar más barato o algo mejor al mismo precio. Pareciera que SIEMPRE es mejor esperar al mes siguiente. El problema con este razonamiento es que el mes siguiente también conviene seguir esperando y bajo esa lógica uno nunca termina comprándola. La supuesta contestación de Bill Gates: “El mejor momento para comprar una computadora es… cuando necesitás una!”.

Pasemos ahora al tema de la búsqueda de capital para un emprendimiento (Nota: lo que sigue también es aplicable a cualquier búsqueda de recursos, desde donaciones para un emprendimiento social, hasta el momento para ir a pedir un aumento de sueldo). Estoy seguro de que si les planteo la pregunta sobre el momento óptimo para buscar dinero para sus proyectos, es posible que muchos respondieran, igual que con las computadoras: “El mejor momento es… cuando lo necesitás”.

Pero en mi opinión esa respuesta sería equivocada por dos razones.

La explicación tal vez resulte más clara con un ejemplo parecido al de las computadoras. Imaginen por un minuto que ustedes viven aislados en el campo y todo lo que tienen para sostenerse es un campo sembrado con trigo. Ahora yo les pregunto: “¿Cuál es el momento para ir a buscar el trigo?”. ¡En ese escenario estoy seguro de que jamás me responderían: “Cuando tenga hambre”!

La primera razón por la que no sería lógico responder que lo buscarían cuando lo necesiten es que al trigo no le importa que vos tengas hambre o no, y sólo está en condiciones de ser cosechado cuando a él se le antoja. El dinero, igual que el cereal, tampoco está disponible siempre que lo queramos. O, puesto en otros términos, el “precio” del dinero no cae continuamente como las computadoras sino que fluctúa y hay momentos que puede estar carísimo.

Tal vez en este momento estés pensando: “¿Pero cómo, el precio de un dólar no es siempre un dólar? Pero basta con que midas el valor de una moneda expresada en otra (cuántos dólares vale un euro) para que resulte evidente que el dinero no vale siempre lo mismo. Esto debería ser evidente para los que hayan vivido en un contexto inflacionario.

El valor relevante del dinero para vos, de todos modos, no es su comparativa contra otra moneda. A efectos de buscar capital para un proyecto, el costo del dinero se mide en el tiempo, el esfuerzo y el porcentaje de acciones de tu emprendimiento necesarios para conseguirlo . Visto de este modo resulta evidente que hay momentos de “dinero barato” (la burbuja puntocom del 1999/2000 es el ejemplo más obvio), momentos de dinero relativamente caro (este momento) y otros donde simplemente el dinero “no tiene precio” y ni Mastercard te lo puede conseguir! (como sucedió durante la crisis financiera de 2008/9).

En definitiva, de acuerdo a este primer razonamiento, el momento de buscar dinero no tiene nada que ver con tu necesidad. El dinero se busca cuando HAY, e idealmente cuando está barato. En mi viaje con Endeavor a Silicon Valley, alguien expresó esta idea diciendo que, si te invitan a una fiesta, el momento de comer no es cuando tenés hambre sino cuando pasan los mozos con las bandejas.

La segunda razón para no ir a buscar el trigo cuando tenés hambre es que el proceso que lleva desde cosechar trigo hasta tener algo comestible en la mano es largo y podría demorar tanto que mueras de hambre (o al menos la pases muy mal) antes de poder comer un pedazo de pan preparado con lo que recojas.

La búsqueda de capital es un proceso que toma entre seis meses y un año, desde que empezás a trabajar en eso hasta que tenés dinero depositado en el banco. Si empezás cuando el agua te llega al cuello, seguramente te hayas ahogado mucho antes de obtener el “salvavidas”.

Buscar inversores con relativa urgencia deteriora también sensiblemente tu posición negociadora. El “precio del dinero” en un momento dado tampoco es el mismo para todo el mundo: igual que un paraguas en un día de lluvia o en el Sahara, el contexto afecta mucho. Si los posibles inversores “huelen” desesperación, puede que salgan corriendo o al menos saquen sus colmillos.

Para cerrar quiero mencionar una “paradoja” de la búsqueda de capital. Si bien arriba digo que el momento de buscar dinero no debiera depender de tu necesidad y que incluso no conviene buscar cuando se está necesitado, nadie te da dinero si no lo necesitás. Uno de los principales puntos para seducir a un inversor es explicarles por qué necesitás el dinero. Esta aparente contradicción se salva entendiendo que la palabra “necesitar” tiene otro sentido en este contexto. En una situación ideal, uno debe demostrarle al inversor que tiene usos geniales para su dinero que producirán un gran retorno y por ende “necesitás” que te lo dé. Pero a la vez, transmitirle también que sin ese aporte de fondos simplemente sacrificarías algo de crecimiento pero tu supervivencia no está en juego y entonces, a la vez, podés perfectamente vivir sin él.

Para resumir, la respuesta a la pregunta inicial es que el momento correcto es cuando el dinero está relativamente barato y tu emprendimiento tiene buenos usos para el dinero pero no está en una situación apremiante. Quiero enfatizar de todos modos que como el proceso es muy largo y los escenarios son cambiantes, uno nunca sabe cómo van a estar las cosas para el momento de “cerrar” una ronda cuando empieza a buscar plata. Por esa razón, es un hábito sano estar siempre destinando un poco de tiempo a este tema, para así estar preparado cuando las “estrellas se alinean”.

Blog Grandes Pymes
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domingo, 18 de julio de 2010

Definiendo los Socios de su Emprendimiento


Entre la amplia gama de emprendimientos que se pueden llegar a crear, existen muchos que requieren de socios (más adelante aclaro un poco el alcance de la palabra "socios"). Los socios de entrada, pueden aportar un sinfín de elementos al proyecto emprendedor, desde dinero, pasando por experiencia y tiempo a ser dedicado a la empresa.

Claro que no todas las empresas requieren de socios, ya que usted puede llegar a ser el único emprendedor, aportando dinero, tiempo, experiencia y mucho más. Los 2 modelos son totalmente válidos, pero al tener socios entra un componente adicional que parece trivial, pero que en muchos casos es complicado de manejar: las relaciones humanas.

En este artículo me voy a centrar en los emprendimientos que requieren de socios, ya que es una aspecto que puede ser complicado y que no todos estamos preparados para enfrentarlos. Definitivamente cuando yo inicié mi primer gran negocio, tenía muy poca información sobre este particular, pero varios años después conozco un poco más del tema y quizás pueda aportarle un poco de información sobre el mismo.

¿Quiénes son los Socios?
La palabra "socio" puede llegar a ser un poco amplia, razón por la cual empiezo por definirla. En el emprendimiento y las sociedades, podemos ver los socios como los que "hacen parte de la empresa o sociedad". Es decir, quienes son los dueños de la empresa, bien sea porque han conformado legalmente la empresa y así aparece en los registros, o si es un poco más informal (por ejemplo en la etapa de proyecto emprendedor), quienes hacen parte del proyecto.

De entrada los socios son los dueños del proyecto. Estas personas tienen algún tipo de propiedad en la sociedad o proyecto y esperan recibir en un futuro algún tipo de retorno, principalmente de carácter económico por esta propiedad. El retorno se recibe por las utilidades de la empresa o por el potencial que se tiene de vender parte o la totalidad de esta propiedad. Los socios involucrados pueden tener partes equitativas en la sociedad o estas pueden diferir; esto lo define cada sociedad según sus reglas.

Para convertirse en socio de una empresa o proyecto, se debió llevar a cabo algún proceso. Entre otros, la persona se comprometió a trabajar con la empresa y sacarla adelante. Este modelo es muy común cuando la empresa inicia labores y el dinero es escaso. También se presenta cuando se vincula a personas, usualmente en cargos directivos, en las cuáles si logran ciertas metas se les recompensa con acciones de la empresa (o la posibilidad de que adquieran acciones). Adicional a los anteriores, estás los socios que aportan experiencia y nombre. Por ejemplo, es usual en la firma de abogados que el nombre de la misma sean los apellidos de los socios principales. Estas personas puede que trabajen o no de tiempo completo en la empresa, pero su mayor valor es que su nombre respalda el trabajo a realizar, que es un intangible muy apreciado. Finalmente se encuentran los socios netamente capitalistas, que su única misión es aportar dinero para sacar adelante la empresa. A cambio de aportar dinero, reciben un porcentaje de la propiedad de la empresa.

Más allá de los socios que hacen parte de la empresa, se encuentran otro tipo de socios, generalmente conocidos como los "socios comerciales". Estos socios suelen ser empresas que ayudan a la empresa en ciertas tareas, como el ser proveedores, distribuidores o en alianzas de otro tipo. Incluso, hay quienes pueden llegar a incluir entre los socios comerciales al Gobierno o algunas entidades de este. Aunque estos socios son vitales para el desarrollo de las empresas, en este momento no voy a abordarlos, sino a los socios que mencioné en los párrafos anteriores.

El Llamado a los Socios
Cuando se inicia un proyecto emprendedor, la cabeza del mismo usualmente requiere de diferentes tipos de ayudas en su futura sociedad, las cuáles indirectamente se han mencionado. Por un lado requiere de personas que lo acompañen en el desarrollo del proyecto, que complementen sus conocimientos y que estén dispuestos a trabajar por sacar adelante el mismo. Si el proyecto requiere de una amplia inversión económica, también requiere de inversionistas. En fin, cada proyecto requiere de un número de personas y el punto está en encontrar las personas precisas. Desde mi punto de vista, la clave es encontrar personas que aporten gran valor a este proyecto.

Cuando yo comencé mi empresa, yo estaba buscando personas que me ayudaran a sacar adelante mi empresa. Este era el primer paso y requería de personas que creyeran en mi idea y quisieran sacarla adelante. Yo tenía la idea y tenía algo de miedo en contarla porque pensaba que "alguien me la podía robar". Este es un miedo muy justificado y creo que hace parte de un comportamiento muy humano. Sin embargo la experiencia me mostró que este es un miedo que se tiene que dejar aparte, pues si no se hace, será muy difícil progresar. Es factible que la idea "alguien se la robe", pero es un riesgo que se debe tomar. Lo importante es mostrar como el líder de la idea tiene mucho conocimiento (conocido como know-how), de forma que la única forma de salir adelante es trabajar en este equipo que se formará.

Un error que yo cometí fue que mi grupo de trabajo, con mis socios más cercanos, no formábamos un equipo multidisciplinario. De hecho era todo lo contrario, casi todos teníamos el mismo perfil y conocimientos. Es bueno buscar personas que se complementen, en diferentes temas como ingeniería, administración, finanzas, legal y otros. Además todos teníamos el mismo rango de edad y la misma experiencia (todos teníamos 22-25 años y muy poca experiencia). Este equipo no solo ha debido ser interdisciplinario, sino que hemos debido contar con personas con todo tipo de conocimiento. Esta es una gran lección que aprendí a la fuerza y que espero usted la tome en cuenta.

Al iniciar un negocio con un grupo de socios, se debe tener claro quiénes trabajan y como lo hacen. Debe existir un líder claramente definido, quien sea quien medie en el desarrollo del proyecto. Desde un principio debe quedar muy claro como se divide la propiedad de la empresa, ojalá por escrito. Mi consejo es que si todos están trabajando por igual, la repartición de la empresa debería ser por partes iguales, de forma que nadie se sienta en desventaja. En lo posible, se debe evitar la existencia de un socio mayoritario que controle la empresa. Esto fue precisamente lo que hice yo, ya que yo era el socio mayoritario. Yo trabajaba mucho, correspondiendo a mi porcentaje accionario. Y la gran mayoría de los socios minoritarios trabajaban mucho menos, acorde a su participación accionaria. Es decir que el compromiso de estos socios minoritarios, era menor al mío y esto era entendible.

En cuanto a los socios capitalistas, ellos son los que seleccionan a los emprendedores, o al menos así pareciera, pues son ellos los que dicen si nos ayudan o no. El aspecto más importante con estos socios, es dejar por escrito los términos de su participación. Entre otros aspectos, debe quedar claro el dinero que aportan, en que fechas, que otros aporten traen (experiencia, contactos, otros), la repartición de las utilidades, la participación accionaria y los mecanismos de salida de la empresa. También debe quedar muy en claro que pasa si la empresa no sale adelante y el dinero invertido se pierde.

El punto más importante, sea para socios capitalistas o de trabajo, es el aspecto de las relaciones interpersonales. Aunque no siempre será posible, en especial con los capitalistas, debemos conocer los socios con los que vamos a trabajar. Es vital saber que podemos trabajar de la mano sin crearnos problemas, sin pelear y sin discutir cada vez que nos veamos. Esto no quiere decir que alguien no sea capaz de criticar una postura y defender sus ideas, lo que quiere decir es que se deben evitar personas conflictivas y con las que casi de forma natural solemos pelear por cualquier motivo.

No existe una regla de oro a la hora de seleccionar los socios. Creo que aquí juega mucho el "sexto sentido". Lo que si tengo claro, es que a la hora de encontrar socios que aporten gran valor, el emprendedor debe ser algo arriesgado, y como se dice popularmente, "lanzarse de cabeza al agua". Siempre piense en el futuro y como esa persona le aportará a su empresa y como serán la relaciones interpersonales.

www.un-emprendedor.com
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lunes, 12 de julio de 2010

Facebook, una vidriera virtual para pequeñas emprendedoras


Diseñan y elaboran ropa, lencería, accesorios, carteras y hasta cosas dulces. Con poca inversión y mucho ingenio organizan sus propios catálogos y lanzan promociones en la red social que, aseguran, se convirtió en un gran proveedor de clientes.

Un contacto no es un amigo, sostiene el slogan de una campaña publicitaria. Pero bien podría ser un potencial cliente, están en condiciones de agregar miles de pequeñas emprendedoras que usan Facebook como una vidriera virtual para ofrecer los productos que ellas mismas diseñan, producen y, en muchos casos, llevan hasta la puerta de sus compradores. Mezcla de hobbie y negocio que cada vez cuenta con más adeptas.

La venta por catálogo ya no es lo que era. Las épocas en las que la revistita de productos cosméticos y accesorios circulaba de mano en mano y de casa en casa hasta terminar con sus hojas escritas, dobladas y manchadas están destinadas a quedar en el olvido. Un click en un link hace todo más inmediato. “Lo veo y lo quiero ya”, así funciona con las compradoras de Internet, resume Claudia Pugliese, una trabajadora social que combina su tarea en un hospital público con el diseño de carteras y accesorios para la marca La Zurda Loca, que creó junto a su amiga Clara.

Entró al mundo de las ventas por Facebook de visitante. “Me fui metiendo en una red de accesorios, de ropa, de carteras, solicitando yo amistad”, cuenta. Pero todo lo que va, vuelve y fue así que, como en un círculo virtuoso, empezó ella –mejor dicho, su marca- a recibir pedidos. Lo que te permite esta red social es "generar tu autodemanda”, comenta. “Si una semana estoy a full, subiendo fotos, poniendo cosas, es impresionante la demanda que levanto”.

Algo parecido le pasó a Andrea Casares. Entre las fotos de su cuenta personal de Facebook empezó a publicar los modelos de lencería que ella misma producía, desde la idea, pasando por el teñido de las telas y hasta la confección final. La respuesta no tardó en llegar. “Gente que ni conocía me agregaba y, de repente, de tener veinte amigos pasé a tener 150. Ahí me di cuenta de que iba camino al millón de amigos o me abría una cuenta de Jhunia lingerie”. Y llegaron los mil, los dos mil y a los tres mil y pico dejó de contar. Ahora su marca tiene una página en la que los usuarios pueden hacerse fans.

“Es agotador porque le dedico varias horas por día, pero da sus frutos”, señala y acuerda con Claudia: “Tenés que estarle encima y la clave es subir fotos de diseños nuevos todas las semanas”. Empezó hace un año y medio y ya vende al por mayor y cuenta con una red de vendedoras que organizan reuniones a través de Facebook en las casas o trabajos de sus clientas.

Lo novedoso de la herramienta es que les permite controlar y hacerse cargo de todo el proceso de producción, marketing y venta. Ellas elaboran sus productos, sus diseños de marca, sacan y posan para las fotos de difusión, desarrollan promociones y campañas y se encargan de los envíos. “La parte creativa marca la diferencia”, asegura Claudia.

Maia Fridman y Laura Colombo alternan su tiempo entre el horno y la computadora para llevar adelante a su pequeña –y dulce- empresa All you need is cupcakes. “Entre las dos nos encargamos de llevar el negocio, incluyendo la parte comercial, el packaging, el horneado, la decoración” de los cupackes personalizados y tortas que elaboran. ¿Y la fantasía del local propio? “La idea ronda siempre, pero estaríamos cambiando las prioridades y no queremos hacerlo sin tener cubiertas las necesidades de nuestros clientes de siempre”.

Para Clara es “importante saber qué querés y hasta dónde vas a ir”. A ellas les ofrecieron vender al por mayor sus carteras. “No queremos hacer eso, pero en algún punto te tienta”, confiesa. Vender a través de la red social “te exige tomar decisiones todo el tiempo, cuando tenés un proyecto que recién empieza y está tomando forma”.

María Eva, de Luba Accesorios, aprovecha la red también como un espacio en el que conocer ferias y locales que tomen sus productos en consignación, pero reconoce otro aspecto en el que el sitio se puede convertir en un arma de doble filo: “Exponés tus fotos y corrés el riesgo de que te copien”, apunta.

Pero el escollo más importante que las jóvenes emprendedoras reconocen es el tema de cómo se pasa del “lo veo, lo quiero” a que efectivamente se realice la venta. “La gente cuando quiere algo me manda un mensaje que a la bandeja de entrada y arreglamos un día, lugar y horario para que le lleve los accesorios”. Así se organiza Marina Rubino, de A Tout Le Monde Bijouterie, que empezó diseñando aros y collares para sus amigas y ahora encontró una forma de que su pasatiempo le rinda a fin de mes.

“Cuando la respuesta es sencilla, la venta se concreta, pero si empezás con vueltas de ‘coordinemos, busquemos un lugar para encontrarnos”, se cae”, revela por experiencia Claudia. Las chicas de los cupcakes fueron mutando en su política de envío. “Al principio decíamos a todo que sí, después conseguimos a alguien que hacía los envíos con un costo adicional y ahora tercerizamos el servicio completamente, con el viaje a cargo del cliente”. Eso sí, en días especiales, como Navidad, Día del Padre, ofrecen precios promocionales y salen ellas mismas a repartir. Todo suma para seguir ganando amigos, fans y por qué no (o sobre todo) nuevos clientes.

Florencia M. Cunzolo
Diario Clarín (Sociedad)

lunes, 5 de julio de 2010

Las redes sociales, amigas de tu empresa

Las redes sociales pueden ayudarte a segmentar tu mercado, y a hacer pequeñas encuestas entre tus seguidores.

Te damos seis consejos para que tu compañía aproveche sitios como Twitter o Facebook; utilízalas para publicidad, investigación de mercado o mantener comunicada a tu plantilla.

En herramientas como el Facebook, blogs y chats hay un antes y un después. Aunque primero fueron recursos de comunicación social, ahora te pueden ayudar a mejorar tu negocio o dinámica profesional y, lo mejor, sin grandes costos.

Y para ejemplo, cinco de cada 10 empresas en Estados Unidos usa alguna aplicación Web 2.0, como los blogs, para compartir ideas con las comunidades que a ellos, como organización, les interesa, según una encuesta de la consultora IDC.

Tal es el caso de Motorola, que permite el uso de blogs entre sus empleados, mientras que el Union Bank de California, en San Francisco, emplea el RSS (difusión de contenidos para suscriptores de portales) para enviar alertas a sus empleados, con base en la descripción del puesto y la ubicación.

En México, aunque el uso de redes es menor, no se queda atrás. Farmacéuticas como Novartis ha sumado a sus procesos el Facebook, relacionando su cadena de suministros en pro de hacer pedidos y chatear con la gente en otras partes del mundo. Es una compañía que comparte las mejores prácticas de un país a otro, y ha visto que esta medida le ayuda a disminuir costos, señala el director de MBA de la Universidad Anáhuac del Norte, Juan Pablo Calderón.

Otros que se suman a esta tendencia, aunque lentamente, son los medios de comunicación, transportes, hotelería y educación, de acuerdo con información proporcionada por IDC.

Curiosamente, las redes sociales te pueden ayudar a pasar de lo masivo a segmentar, porque al entrar en contacto, por ejemplo, con Facebook, conoces con detalle el perfil del consumir; ahí tienes todo, fotos, información de la persona, gustos, etcétera. Eso ayuda a pensar en iniciativas específicas para grupos determinados, dice el investigador.

El uso de las redes para efectos corporativos y profesionales va de la mano con el movimiento que ha tenido Internet en el país; las compañías que ya las incorporan son el reflejo de lo que sucede en sus sedes en otras regiones. Sin embargo, en México "no llegamos siquiera al 22% de penetración", cuando la media en América Latina y el Caribe es de 30%. Además, un buen porcentaje de la población no tiene acceso en sus casas a esta tecnología, añade Calderón.

Incluso, de las cuatro millones de empresas en el segmento micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyme), aproximadamente, sólo un 30% utiliza una PC para sus negocios, según datos de la consultora Select.

Empieza ¡ya!
A la fecha, parece que las redes aún ‘no despegan' porque los propios empresarios desconocen el alcance de estas herramientas. Por ejemplo, si tiene un sitio se limitan a dar información sobre la empresa y los productos, pero no hay mayor interacción. "El mayor reto es que, como empresa, puedas evidenciar a través de datos concretos que el uso de las redes sociales tiene un impacto positivo, en términos de tiempo y resultados, los cuales pueden medirse", detalla el representante de la Universidad Anáhuac.

En tres o cuatros años se registrará un crecimiento respecto a penetración de Internet; es evidente, si se considera que en los últimos dos años "las redes más importantes han crecido hasta 1000%", añade el especialista.

Mientras se registra esa movilidad, tú, como profesionista o con un negocio propio, puedes poner en marcha las ventajas que genera formar una comunidad en Facebook (más allá de actualizar a tus amistades sobre lo que hiciste el fin de semana).

Tu estrategia en redes sociales debe tener a personal que pueda alimentar de manera constante tu portal.

Para lograrlo:
1. Crea tus códigos.
Para perder el miedo a incorporar las redes, el primer paso es adaptarlas, previo una evaluación con el departamento de sistemas y el director de la empresa, al estilo particular de negocio. Se debe cambiar la cultura de ‘chatear con los amigos', por aquélla que enfatiza usar este medio para contactarse con gente del trabajo, proveedores y clientes.

2. Establece equipos.
Es importante definir a un grupo de personas (según el tamaño de la organización) que se encargue de monitorear el uso de las redes, por ejemplo, evaluar que determinada aplicación no se esté trabajando de forma masiva (por parte del empleado) sino que éste seleccione a un grupo de amigos afín a la recepción de dicha invitación, como los clientes.

Si no eres dueño del negocio, sino un trabajador, lo mejor es poder demostrar a tu jefe que utilizar esa herramienta te ayuda a agilizar la interacción con contactos atractivos para tu trabajo.

3. Evita el ‘mensajitis'.
Coleccionar amigos está bien en el caso de tu twitter o blog personal, pero si tu superior se percata que sólo recurres al Messenger para confirmar una reunión, estarías en riesgo de perder el privilegio de usarlo. Para aprovechar, de mejor forma, este recurso prioriza la comunicación con tus proveedores o con la gente que no está de planta en la empresa.

De esa forma, la organización disminuye gastos en llamadas telefónicas y viáticos. Además, la gente suele volverse más productiva cuando opera bajo un modelo a distancia, expresa Calderón.

Incluso, puedes utilizar el Twitter para hacer encuestas, y las respuestas de los ‘twitteros' las graficas o presentas de inmediato.

4. Arma tus equipos.
Facebook puede ser tu mejor aliado para hacer focus group, por una sencilla razón: en esta red, los usuarios van creando cierto perfil. Es como tener una base de datos muy segmentada, y eso es "oro molido" para las compañías. Aquí se puede pedir opinión a los usuarios sobre un nuevo producto, modelos de negocios, slogans, etcétera. Lo mejor, es que no realizas grandes inversiones, como lo pudiera representar un sondeo tradicional, indica Juan Pablo Calderón.

5. Gana en tiempo y ahorra.
Generalmente, las personas que se conectan repiten esa actividad una y otra vez. Eso significa que si colocas en la red una invitación o haces una campaña, tu mensaje publicitario será visto continuamente, lo que permite reiterar en la mente del consumidor comunicación clave sobre tu negocio, el cual puede estar expuesto el tiempo que quieras. De ahí que el uso de banners y pop offs en estos medios ha ido en aumento.

La socialización que puedes lograr con un cliente, con estas herramientas, es "miel sobre hojuelas" para un negocio, agrega el entrevistado.

6. Añade nuevas plataformas.
Se está quedando a tras la época en que la página corporativa era sólo para informar. Como dueño de un negocio puedes emplear esta plataforma para interactuar; invitar a tus usuarios a entrar a tu red social, lanzar invitaciones, hacer sondeos y hasta medir el número de visitas a tu página. No olvides investigar opciones como Google Analytics.

Ivonne Vargas
CNNExpansión.com
Fotos: AP - Reuters