Ha sido una tradición durante los últimos años mencionar que existen dos tipos de personalidades definidas; la ejecutiva y la emprendedora. Y a últimas fechas los llamados intrapreneurs que son gente con mucha iniciativa y creativos que las empresas tienen in-house y cuyas habilidades son ocupadas para desarrollar nuevas oportunidades o negocios dentro de una empresa.
De la misma forma en que ha sido difícil para los estudiosos determinar el perfil emprendedor o qué hace a una persona ser emprendedora, es difícil también determinar por que muchos emprendedores tienen problemas creciendo, sobre todo en los dos primeros años de haber iniciado una aventura de negocios y esto es mas allá de cuestiones financieras.
Muchos piensan que los ejecutivos y los emprendedores son dos “razas” totalmente opuestas, pero quizá no sea así y tanto ejecutivos como emprendedores pueden aprender del otro y apoyarse para hacer crecer los negocios.
John Hamn presento un artículo en Harvard Business Review donde identifica cuatro tendencias que se han convertido en los puntos débiles de emprendedores en el tiempo que sus empresas empiezan a crecer teniendo más necesidades, áreas funcionales, prioridades y clientes.
La primera tendencia esta relacionada a la lealtad a los compañeros.
Generalmente los emprendedores suelen ser excesivamente leales, pueden ser los mejores amigos pero tienen como defecto la posibilidad de ver las debilidades de los miembros del equipo y con esto ponen en peligro a la empresa. Muchas veces cuando se inicia una nueva aventura de negocios el fundador forma su primer equipo de trabajo con sus amigos y amigas de la Universidad o amigos de toda la vida a quien se les tiene toda la confianza pero no necesariamente estas personas resultaran los mejores colaboradores para la nueva compañía.
Como segunda tendencia tenemos la concentración en tareas
Hamn analiza que la mayoría de los emprendedores tienen éxito en tareas a corto plazo, pero les da mucho trabajo el tener una estrategia a la largo plazo. Cuando las empresas empiezan a crecer, es muy común que fracasen en establecer la planeación estratégica de la compañía, tanto en el medio como largo plazo.
La tercera tendencia es la búsqueda a la respuesta de qué sí los emprendedores saben administrar tenemos el concepto de la idea fija.
Esta tendencia se describe como la devoción a una sola causa. No hay duda alguna que los emprendedores tienen conocimientos profundos sobre el producto o servicio que van a lanzar. Si es un producto basado en desarrollo tecnológico, el o ella son expertos en su área de dominio. Sin embargo esto puede ocasionar que el emprendedor no se de la oportunidad de escuchar las opiniones y sugerencias de otras personas que colaboran con ellos. Entran en una caja invisible donde ellos o ellas piensan que su producto es el mejor y que nadie puede saber más que ellos. Esto ocasiona que vivan encerrados un túnel donde no ven el movimiento de la competencia y también genera que sus colaboradores vayan perdiendo lealtad hacia ellos.
La última tendencia es trabajar en aislamiento
Muchos individuos que inician su negocios son altamente introvertidos al desarrollar su producto, son el equivalente a un científico encerrado en su laboratorio, pero llega un momento en que la empresa requiere de una cara pública para vender, comercializar o simplemente dar a conocer el producto y el emprendedor cree que el también puede jugar el rol de relacionista pública y en ocasiones no es así y la empresa termina en un enorme desastre.
En alguno sentido este documento estudia la misma problemática expresada en el artículo “Los 3 Directores” se estudia a los tres diferentes directores necesarios para una compañía. El primero de ellos es quién se encarga de arrancar el negocio, desarrollar el producto o servicio, posiblemente darlo a conocer y formar el equipo de colaboradores. El segundo director entra en la etapa de crecimiento de la compañía, donde se requieren mayores habilidades de venta, operacionales y administrativas y finalmente el tercer director será responsable de lidiar con todos los problemas que tiene una compañía que lleva algún tiempo en el mercado; lidiar con clientes, proveedores, colaboradores, gente de ventas, etc., etc.
Finalmente, creo que lo más importante es darnos cuenta de nuestras debilidades y fortalezas como emprendedores, como personas y reconocer que en algún momento del desarrollo de nuestra nueva aventura de negocios será necesario recurrir a otra u otras personas que nos ayuden a sacar adelante nuestra compañía.
Ing. Roberto A. James López
Asesor de Planes de Negocio
Coordinador del CIAE Tecnológico de Monterrey-Campus Estado de México
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