Esta es la historia de un emprendedor Japonés que se llamaba Soichiro. En 1938 Soichiro, que estudiaba ingeniería en la universidad de Japón, decidió comenzar un emprendimiento. Vendió sus pocas pertenencias incluyendo las joyas de su mujer y puso un taller para diseñar y producir un nuevo concepto de aro de pistón con la intención de véndeselo a Toyota.
Después de trabajar día y noche Soichiro presentó su prototipo y fue rechazado por no cumplir los niveles de calidad requeridos. Decidió continuar sus estudios mientras seguía perfeccionando su producto.
Dos años después Soichiro logró cerrar un importante contrato con Toyota quien ofreció financiar su fábrica. Soichiro había cumplido su sueño!. Finalmente, cuando se dispuso a construir su fábrica, el gobierno Japonés que se estaba preparando para la guerra, se negó a venderle el hormigón.
En vez de deprimirse y abortar su proyecto Soichiro y su equipo decidieron fabricar su propio hormigón y fue así que construyeron la planta.
Luego, durante la guerra la planta fue bombardeada 2 veces y grandes sectores fueron destruidos. Con paciencia y determinación logró rearmarse y continuar su operación.
Cuando comenzaba a levantar cabeza, su fábrica fue arrasada por un terremoto. Soichiro se vio obligado a vender su operación a Toyota.
La guerra ya había terminado y había escasez de combustible. Soichiro como muchos otros usaban la bicicleta para movilizarse a buscar alimentos entre otras cosas. Un día cansado de pedalear, a Soichiro se le ocurrió adaptarle a su bicicleta, un pequeño motor que consumiera muy poco combustible. Luego sus familiares y vecinos le pidieron que hiciera lo mismo con sus bicicletas, hasta que al poco tiempo Soichiro se quedó sin motores.
Convencido de que tenía un gran negocio entre manos Soichiro decidió buscar financiamiento para crear una fábrica de motores para adaptarlos a las bicicletas. En ese momento en Japón era muy difícil conseguir financiamiento.
Entonces Soichiro determinado a realizar su emprendimiento escribió 15,000 cartas personalizadas a todos los bicicleteros del Japón, contándoles sobre el rol transformador que podrían tener en la reconstrucción del Japón e invitándolos a invertir en su compañía. Recibió 5000 respuestas afirmativas y fue así que inició su fábrica de motocicletas. El apellido de Soichiro por si aún no lo adivinaron, era HONDA- Soichiro Honda- y fue así que comenzó su primera fábrica de motos. Se imaginan semejante estrategia de financiamiento? 5000 bicicleteros invirtiendo en una fábrica de bicicletas motorizadas. Se necesita mucha pasión y determinación para convencer a 5000 bicicleteros.
Continuamente se escuchan testimonios de emprendedores que, como Soichiro Honda, enfrentaron todo tipo de adversidades y lograron realizar sus sueños.
Patricio Campiani
Director Ejecutivo de Endeavor Argentina
Foto: Web
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