martes, 29 de enero de 2013

Cómo calcular la rentabilidad de una inversión

La rentabilidad de una inversión es un indicador que mide la relación que existe entre la ganancia de una inversión y el costo de ésta, al mostrar qué porcentaje del dinero invertido se ha ganado o recuperado, o se va a ganar o recuperar.
 
Conocer la rentabilidad de una inversión nos permite saber qué tan bueno ha sido el desempeño de la inversión o, en caso de tratarse de una rentabilidad ofrecida, saber qué tan atractiva es.
 
Y en caso de tratarse de varias inversiones, conocer sus rentabilidades nos permite comparar éstas, y así saber cuál inversión tuvo el mejor desempeño o, en caso de tratarse de rentabilidades ofrecidas, saber cuál es la más atractiva.
 
Por ejemplo, si tenemos que elegir entre una inversión “A” que nos ofrece una rentabilidad de 6%, una inversión “B” que nos ofrece una rentabilidad de 15%, y una inversión “C” que nos ofrece una rentabilidad de 30%, la inversión “C” sería la más atractiva, aunque para decidirnos por ella, además de la rentabilidad, deberíamos tomar en cuenta otros factores tales como el riesgo.
 
La fórmula para hallar la rentabilidad de una inversión es:
 
Rentabilidad = (Ganancia / Inversión) x 100
 
Por ejemplo, si una inversión con un costo de US$12 000 ha generado una ganancia de US$3 000, la rentabilidad de la inversión habrá sido de 25%.
 
Veamos a continuación ejemplos específicos de cómo hallar la rentabilidad para los siguientes tipos de inversión: un negocio, un inmueble y una acción.
 
La rentabilidad de un negocio
En el caso de un negocio, para calcular su rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión del negocio y la ganancia que ha generado, la cual estará dada por las utilidades que ha generado o, en caso de venderlo, por la diferencia entre el precio de venta y la inversión.
 
Por ejemplo, si un negocio tuvo una inversión de US$20 000, y luego de un año genera utilidades por US$2 000, la rentabilidad del negocio habrá sido de: (2000 / 20000) x 100 = 10%.
 
O, por ejemplo, si un negocio tuvo una inversión de US$20 000, y luego se vende a US$30 000, la rentabilidad del negocio habrá sido de: (30000 – 20000 / 20000) x 100 = 50%.
 
En caso de tratarse de un proyecto de negocio, para hallar la rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión y la ganancia futura, la cual estará dada por las utilidades proyectadas (diferencia entre ingresos y egresos proyectados).
 
Por ejemplo, si un proyecto de negocio tiene una inversión de US$20 000, y las utilidades proyectadas para un año son de US$3 000, la rentabilidad ofrecida por el negocio será de: (3000 / 20000) x 100 = 15%.
 
La rentabilidad de un inmueble
En el caso de un inmueble, para calcular su rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión del inmueble y la ganancia que ha generado, la cual estará dada por la diferencia entre el precio de venta y la inversión (ganancia de capital) o, en caso de rentarlo, por la diferencia entre los ingresos por renta y los gastos (flujo de efectivo).
 
Por ejemplo, si un inmueble tuvo una inversión de US$30 000, y luego se vende a US$40 000, la rentabilidad del inmueble habrá sido de: (40000 – 30000 / 30000) x 100 = 33.3%.
 
O, por ejemplo, si un inmueble tuvo una inversión de US$30 000, los ingresos por renta en un año fueron de US$12 000, y los gastos en el mismo periodo de tiempo fueron de US$10 000, la rentabilidad del inmueble habrá sido de: (12000 – 10000 / 30000) x 100 = 6.7%.
 
En caso de que queramos hallar la rentabilidad que podríamos obtener con un inmueble, para hallar la ganancia futura podríamos tomar en cuenta la tasa de crecimiento promedio del valor de los inmuebles en la zona o, en caso de que tengamos planeado rentarlo, el flujo de efectivo promedio de los inmuebles de la zona.
 
La rentabilidad de una acción
En el caso de una acción, para calcular su rentabilidad debemos tomar en cuenta la inversión de la acción y la ganancia que ha generado, la cual estará dada por la diferencia entre el precio de venta y el precio de compra, más los dividendos que podría haber entregado.
 
Por ejemplo, si se compran acciones de una empresa por un valor de US$10 000, y luego de un año las acciones suben de precio y se venden a US$12 000, pero además pagan dividendos por un valor de US$500, la rentabilidad de las acciones habrá sido de: (12000 – 10000 + 500 / 10000) x 100 = 25%.
 
En caso de que queramos hallar la rentabilidad que podríamos obtener con una acción, podríamos tomar en cuenta la rentabilidad que ha obtenido anteriormente, aunque a diferencia de lo que sucede en el caso de otros tipos de inversión tales como los inmuebles, la rentabilidad de una acción es más difícil de pronosticar debido a la volatilidad del mercado de valores.
 
Fuente: crecenegocios
Imagen: Web

jueves, 17 de enero de 2013

5 pasos para gestionar los miedos más comunes de los emprendedores



5 pasos para gestionar los miedos más comunes de los emprendedores : ¿Por qué emprendemos? Cada uno tiene una idea diferente del porqué. Dos los elementos que influyen en esta elección: el carácter de una persona y las condiciones externas.

Sin embargo independientemente de la causa que nos empuje a emprender, todos los emprendedores y emprendedoras tenemos miedos comunes.

El miedo es una emoción y como todas las emociones, si lo sabemos gestionar nos puede resultar muy útil para nuestro emprendimiento. Lo importante es identificarlo y saberlo escuchar: ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Por qué aparece? ¿De qué quiere avisarme?

¿Por qué quieres emprender?
Cada uno tiene una idea diferente del porqué. Dos los elementos que influyen en esta elección: el carácter de una persona y las condiciones externas. Hay personas que emprenden por vocación y ante cualquier situación tienen la idea o ven la oportunidad para emprender. Otros necesitan un empujón (perdida del trabajo) y la crisis actual ha ofrecido un empujón muy fuerte a mucho indecisos.

Sin embargo independientemente de la causa que nos empuje a emprender, todos los emprendedores y emprendedoras tenemos miedos comunes.

El miedo es una emoción y como todas las emociones, si lo sabemos gestionar nos puede resultar muy útil para nuestro emprendimiento. Lo importante es identificarlo y saberlo escuchar: ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Por qué aparece? ¿De qué quiere avisarme?

Los miedos mal manejados llevan a la parálisis o a cometer errores costosos. Algunos de los más comunes son:
 •Miedo al Fracaso
 •Miedo al que dirán de mi
 •Miedo al inesperado
 •Miedo a la inestabilidad personal

¿Te reconoces en algunos de ello? O quizás ¿en todos? Vamos más en detalle:

Miedo al Fracaso
El primero, más grande y más común y está relacionado con la idea de éxito que persiste en nuestra mente. Este miedo engloba una enorme cantidad de aspectos: desde el ego personal hasta la responsabilidad por la gente que trabaja contigo o por las deudas contraídas.

La imagen mental de que te persigan los deudores y que te encuentres sin dinero viviendo bajo un puente, es bastante normal, atormenta incluso a los emprendedores más experimentados. Deshacerse de este miedo no sólo es imposible, es peligroso. Este miedo es el que nos impulsa una y otra vez a salir adelante de los problemas.

Miedo al que dirán de mi
“Y si no tengo éxito qué va a decir la gente que me advirtió que no iniciara esta locura… O, la gente que tanto me admiraba por haberla empezado” Este es un miedo ridículo y definitivamente lo debemos eliminar. El tratar de cumplir con las expectativas de los demás es una pérdida de tiempo. No sirve, siempre habrá alguien dispuesto a criticar lo que has hecho, aunque cuando lo has hecho muy bien. ¿Te merece la pena?

Miedo a lo inesperado
Si hay algo seguro en la vida del emprendedor/a es que las cosas se van a salir de control. No importa cuán estructurado sea el plan de negocios o cuán previsor seas, siempre va a haber algo que no habrás previsto o calculado. Cuando trabajar en una empresa grande las sorpresas de lo inesperado se diluyen entre los diferentes departamentos o áreas o jefes, cuando tú eres el emprendedor, todo el balde de agua fría cae encima de ti. ¿Solución? No existe. Aprender a bailar bajo la lluvia sin esperar que termine de llover, es lo que más probablemente tendrás que aprender a hacer. Este miedo tiene un hermano gemelo: miedo a ser mi propio jefe y asumir la responsabilidad final de las decisiones.

Miedo a la inestabilidad personal
Otro miedo muy justificado. Para la mayoría de los emprendedores el iniciar un nuevo negocio implica un cambio total en la vida fuera de la oficina, desde los horarios de trabajo hasta las finanzas personales. Fundamental es conversarlo directamente con de las personas que se vean “afectadas” por tu cambio en estilo de vida (pareja, familiares amigos etc..) y tener una base de protección sólida (la mayor parte de ahorros posibles, minimizar deudas).

Estos miedos que acabo de listar, son miedos que tienen que ver con el futuro, y la incertidumbre, de lo que va a pasarme si me meto en los negocios. ¿Qué hacer con ellos? ¿Cómo puedo manejarme con los numerosos miedos y las angustias típicas de un emprendedor/a?

Darle la vuelta.
Hay un proceso de 5 pasos que puedes usar para aprender de tus temores y gestionarlos de forma eficaz:

Paso 1: Reconoce lo que sucede realmente, los hechos.
No trates de convertir la situación en lo que no es. Procura no dramatizarla, ni racionalizarla, ni minimizarla. Es decir, no te anticipe con tu imaginación creando escenarios apocalípticos, tampoco derrúmbate en escena trágica, así que céntrate en lo que hay, en los hechos.

Paso 2: Toma consciencia, el cuerpo es sabio.
Seas consciente de tu estado para procurar cambiarlo, primariamente percibe la intensidad de la emoción e individua en que parte de tu cuerpo se manifiesta (estomago, hombros, manos et..), nota donde sientes la tensión. Siéntate y respira de forma profunda durante un rato, percibe la intensidad de la emoción y sostenla.

Paso 3: Conecta con el mensaje del miedo, hazte preguntas.
¿Por qué este temor especifico se vuelve recurrente en mi vida? ¿Por qué ese y no otro? ¿Qué tiene qué ver conmigo el tener miedo a …..?

Te invito a que busque el patrón común que surge cuando tienes miedo, este tipo de miedo (es decir, que piensas y que como reaccionas habitualmente).

¿Qué dialogo interior estás manteniendo contigo mismo cuando aparece este miedo? ¿Qué acciones te impulsa hacer?

Paso 4: Identifica la origen del miedo, comprende.
Puede que el miedo venga de experiencias del pasado, de un peligro presente o de un temor futuro. Reconocerlo e identificarlo te proporciona una posición de neutralidad que te permitirá de manejarlo mejor.

Muchas veces, los miedos más grandes de un emprendedor vienen acerca de tema financieros, y generalmente estos temas tienen que ver con patrones familiares y con la forma de vivir y gestionar el dinero. Quizás puedes indagar por allí….

Si no lo consigues, siempre puedes acudir a profesionales que te ayuden a hacerlo como coaches o terapeutas.

Paso 5: Responsabilízate y emprende nuevas acciones, actúa.
Una vez que has entendido el mensaje que el miedo quiere comunicarte, qué has podido enfrentarte con los diálogos internos que estás manteniendo cuando aparece y te has dado cuenta de cómo reacción tu cuerpo. Entonces tienes a disposición toda la sabiduría para planificar una estrategia y unas acciones diferentes ante de ello. Y el poder está de vuelta en tus manos.

Paola Pozzi http://emprendedorasbcn.com 
Fuente: Plan Emprendedor
Foto: Web